viernes, 4 de junio de 2010

El hombre ausente


El hombre ausente camina en silencio, siguiendo con la mirada sus pasos perdidos, esos mismos que no le llevan a ninguna parte, los mismos que le traen de la nada.
Pasea su mirada apenas perceptible por los demás, ajeno al resto de peatones, atendiendo solo a estímulos que le alertan de urbanos riesgos.
De camino al trabajo, el hombre ausente envasa su tristeza en botes de silencio envasados al vacío y cerrados a presión y precisión.
Ni maña ni fuerza destapan tan agrio envase.
Una sonrisa, tan solo una sincera y dulce sonrisa es capaz de abrir tan doloroso frasco.
Un ligero click devuelve su esencia al vacío condensada en forma de efímera lágrima.

2 comentarios:

Estoy dijo...

Estabamos los dos publicando nuestras historias al mismo tiempo,somos la repera.
Y el Dr.Magenta es un verdadero genio , me ha encantado la metáfora tan hermosa que has utilizado.!!! MARAVILLOSO¡¡¡¡

Estoy dijo...

dejemos las ausencias y volvamos a las presencias ¡¡ nos traeran una suave brisa!!!! solo hay que mirar con los ojos muy abiertos