Eran las siete de la mañana. John había llegado con su traje de Armani, bien peinado y acicalado tras haberse hecho una exfoliación de cutis esa misma mañana. Llevaba también unos tirantes para dar ese toque retro a su sofisticado estilo…
El presidente de su bufete le esperaba en lo alto de las escaleras que daban al juzgado. Llegó hasta él mostrando su perfecta sonrisa, y al estirarse para sacar pecho, su tirante se soltó pegándole en toda la cara. Su sonrisa había pasado de perfecta, a mellada.
3 comentarios:
¿de quien era la historia de los tirantesssssssssss
De Salva
Un buen homenaje a nuestra amigaaaaaaa
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