Caricia y Preciosa eran una joven pareja de lesbianas. Les gustaba hacer el amor hasta quedar exhaustas, y explorar y disfrutar de sus tiernos y lujuriosos cuerpos. Preciosa era una chica muy hermosa que gustaba de seducir a su amada con sus encantos. Caricia era muy atenta y cariñosa con su chica, y le encantaba ver a Preciosa como su objeto de deseo.
Un día como tantos otros, acudieron a su sex shop favorito; donde estuvieron sopesando el género en la sección de juguetes amorosos. No estaban muy seguras de quien iba a utilizar qué, pero al ver los lubricantes de sabores, Caricia lo tuvo claro. Puso un poco de líquido de muestra en su dedo y se lo acercó a Preciosa, la cual, sin dudarlo, lo chupó de su dedo cual armónica con gesto carnal y jocoso. Caricia ya estaba lista para ir a la caja, a la calle, a su piso, y al infierno mismo si fuera necesario, con tal de poner fin a su incipiente cascada libidinosa.
Por el camino Caricia recordó que su hermana, de nombre Oportuna, debía acudir a su casa ese mismo día a recoger un antiguo juego de llaves. El pensamiento cayó de su mente, lubricado por otros de muy distinta naturaleza, mientras llegaban a casa de Caricia.
Entraron a golpe de apretón, estirón, beso y mordisco. Llegaron a la cama casi sin prendas, y mientras Preciosa se quitaba las que aún subsistían, Caricia ya había sacado todo el arsenal, empuñando, claro está, los de mayor calibre. Comenzó el proceso de introducción en el sagrado agujero de Preciosa, con ausencia justificada de lubricantes. La mirada de Caricia era firme, su actitud era decidida, y se convirtió en jugadora de tetris, en ingeniera de caminos, canales, minas, y estaciones petrolíferas.
-¡Caricia! ¿Te has creído que soy una hucha sin fondo?
Un empujón-agarrón en los pechos de Preciosa, la devolvió a la posición decúbito supino, y la exploración espeleológica continuó. La sorpresa ante la capacidad de Preciosa solo sirvió para estimular aún más la imaginación de Caricia. Se detuvo a observar y pensar, mientras Preciosa ya solo era capaz de jadear de placer entre gritos de: ¡basta ya por el amor de Dios!
En este momento de cima alcanzada y pisoteada, Oportuna llamó a la puerta y Caricia dijo:
-¡Ostia las llaves!
Preciosa, incapaz tan siquiera de incorporarse, miró a los ojos de Caricia con desesperación jadeante y gritó:
-¡Las llaves te las puedes meter por el culo!
4 comentarios:
sexo y humor....excelente combinación!jajajaja, muy bueno, genial!
Parece que esta vez nos hemos planteado seriamente el nombre de nuestros personajes, con ellos la historia nace sola...un buen recurso.
Mo
Mar, no estoy muy seguro de la calidad de este texto pero si tengo tu voto es buena señal, gracias.
Mo, gracias por tu comentario, el nombre de Oportuna no se si es oportuno, pues adelanta la sorpresa final. Pero bueno mi intención era la que tu dices, gracias de nuevo.
Salva
Me sorprende y me gusta este giro de 360 grados en los textos a los que nos tienes acostumbrados. me gusta mucho el uso de los nombres, no se si existe el nombre de Oportuna como tal pero loque esta claro es que muchas no llamandose asi, ejercen de ello.
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