jueves, 27 de octubre de 2011

Tu reflejo


El doctor Alonso Bernardo Fernández,
había realizado un descubrimiento en el campo de la genética, que le permitía
crear clones adultos, en unas pocas horas. Tras someter su propio cuerpo a un
proceso complejo y traumático, salieron de la cápsula Génesis, dos copias de sí
mismo. La idea era que fueran idénticos en todo, y que con el tiempo se fueran
diferenciando. Sin embargo, el experimento salió de forma inesperada. Todo en
él fue duplicado, excepto su personalidad. La parte científica y calculadora
despertó con un vigor renacido, y rápidamente se apropió del primer nombre,
Alonso. Quería conocer todas las vicisitudes del procedimiento, y conocer a su
yo alternativo, al que otorgó el segundo de sus nombres, Bernardo. Bernardo se
mostraba más turbado que Alonso, y no parecía tener mucho interés en conocer
los resultados del experimento. Muy al contrario, al despertar, lo primero que
hizo fue pedir un cigarrillo.
El doctor Fernández hacía años
que no fumaba, y Alonso no puso buena cara al oír esta petición, y se mostró
confuso.
-¿Para qué quieres un cigarrillo,
Bernardo?-. Pronunció esta última
palabra con desaprobación.
-Lo sabes perfectamente, Alonso.
Alonso continuó con sus hipótesis,
de lo que había podido salir mal en el experimento, mientras que Bernardo se
mostraba mucho más sediento de otras cuestiones. Miraba a las auxiliares de
laboratorio de forma lasciva, les hablaba con un tono provocador si no
insolente, y deseaba a toda costa vestirse y abandonar el laboratorio.
Alonso hizo todo lo posible por
retenerle, y obligarle a seguir trabajando, pero pronto se dio cuenta de que
Bernardo, no estaba interesado lo más mínimo en la ciencia, y le movían
inquietudes, más terrenales. Se separaron con un forcejeo, que dejó las uñas de
Alonso marcadas en el brazo de Bernardo, y cada uno se dirigió a sus pasiones.
Bernardo paseaba por la
universidad, observando a las jóvenes y deseables alumnas, e iniciando con
ellas conversaciones, que solo podía culminar en su mente. No tardó en darse
cuenta de que allí no saciaría sus deseos, y raudo, salió al aparcamiento, y de
allí, rumbo al prostíbulo de lujo más cercano.
A la mañana siguiente Alonso
despertó en su cama, fue a la cocina a tomar el desayuno que tomaba cada día, a
ponerse los zapatos que calzaba cada día, a seguir con los actos, ritualizados,
de cada día. Pero al llegar al salón, vio una pantorrilla asomarse por encima
del sofá. Era su pantorrilla, es decir, la de Bernardo. Allí roncaba aún
vestido, y con la tarjeta de visita del prostíbulo asomándole en la solapa. De
una coz le despertó, y A y B comenzaron una discusión.
-Así que este es el antro donde te escondías-. Dijo arrojándole la
tarjeta al rostro.
-No es un antro, si no fueras tan
reprimido, y hubieras dado rienda a tus pasiones cuando debías, no me estarías
mirando con esa cara, y no te parecería aquel sitio un antro.
-No puedo creer lo que oigo.
Arréglate y ven conmigo al laboratorio, por tu culpa voy a llegar tarde.
-Jaja aún piensas que voy a ir
contigo al laboratorio. Eso se acabó. Hemos perdido mucho tiempo de nuestras
vidas dedicándoselo a ese trabajo, ahora toca disfrutar.
-Claro, yo trabajo y tú te
diviertes. ¿Te piensas que esto es una película cutre, en la que el científico
hace copias de sí mismo, para que una se divierta, mientras la otra hace todo
el trabajo?
-¿Quién ha dicho que yo no vaya a
trabajar? Lo que pasa es que contribuiré a los gastos a mi manera…- Dijo esto
último mientras se encendía un porro con una mano, al tiempo que con la otra
acariciaba, lo que parecía ser una bolsita con semillas.
-¡Drogas! Ahora piensas meter
drogas en esta casa.
-¿Quién ha hablado de drogas?
¡Pero si es un porro! Anda, pégale unas cuantas caladas, que creo que te hace
más falta que a mí.
Alonso estaba clavando las uñas
en el sofá, mordiéndose los labios y resoplando más y más. Bernardo se puso en
pie con el semblante ojeroso y desaliñado, a la par que relajado y
despreocupado, y dijo:
-Soy la parte lujuriosa de Fernández,
la que nunca ha sido libre, y por fin lo soy. Y tú no tienes ningún derecho a
impedirlo.
-Arruinarás todo por lo que hemos
trabajado tantos años. Así no nos darán el Nobel-. Alonso estaba fuera de sí, pero
Bernardo no parecía percatarse, de que el enfado de Alonso fuera tan grave.
-Vuelve tú si quieres al
laboratorio, aguafiestas. Yo me quedó aquí a empezar una nueva vida-. Dijo
Bernardo, mientras se ponía de pie, y se estiraba.
-No lo permitiré-. Gritó Alonso,
y en un acceso de ira, agarró a Bernardo por la solapa y lo empotró contra la
estantería. Bernardo se lo quitó de encima empujándolo, Alonso tropezó con la
mesita de centro, y empuñando con furia el abrecartas que allí encontró, lo
clavó con rencor en la tripa de Bernardo, hasta el mismo fin de sus entrañas.
Bernardo cayó al suelo,
agarrándose con insondable sorpresa, la empuñadura que asomaba de su abdomen. Y
en un ahogado susurro dijo: -¿Cómo no lo he visto venir?-. Alonso por su parte,
intentaba recuperar el aliento mientras se decía en voz alta: -Ha sido un fallo
en el proceso de clonación, ocultaré su herida, y diré que fue un infarto. Ya
haremos otro clon más adelante, si. A Bernardo aún le quedaban un par de
latidos, y cuando su corazón paró, también lo hizo el de Alonso, que cayó
fulminado contra el suelo.

A la mañana siguiente radio y
prensa se hacían eco de la noticia, y muchas eran las voces, que culpaban, a la
ciencia.

miércoles, 26 de octubre de 2011

El duelo


Bajo un cielo bañado de añil,
esperaba inquieto al varón heredero de la casa Míope. Aquel con el que debía
batirme en policromático duelo, en esta pradera de oro y esmeralda.
Fósil cuaternario. Este es el
apelativo que utilicé ayer al apagar el día, cuando mis ojos fueron ultrajados
con la figura sempiterna de la esposa del varón. Oh, cuál fue mi horror al ver
aquel desgastado rostro en tonos grisáceos y violáceos. Mis entrañas regurgitaron
ante tamaña ofensa para la vista, el olfato, y el tacto. Pues al tomar su mano
sentí el frio roce de su piel ceniza, y al besar la misma…, olí el amoratado
rumor de la muerte. Era sin duda la imagen de un espectro, que cubierta de una
sombra que debía ser la de aquel que porta la guadaña, avanzaba ávida de colores
que tomar, para prolongar su vida, cual vampiro.
El mal gusto del varón hacía
presa también de su indumentaria. Con un chaleco de un empalagoso tono
chocolate, y unas medias de un ácido naranja, se mostraba altivo y respetable.
Como si un hombre de gustos tan aberrados, pudiera ser digno de ello.
Aquellas siete copas de borgoña
que tomé, sin duda me dieron fuerza, al mezclarse con mi sangre, y fueron las
responsables de tan excelsa sinceridad. También me permitieron disfrutar del
momento, viendo a aquella momia putrefacta vestida de dama, como algo cómico
que no gracioso, pues su gracia es la misma que la de una mula que da sus
últimas coces en el suelo en busca de un amable trabuco.
Heme aquí esta mañana rodeado de
flores de un sabroso púrpura en tonos irisados, ajusticiando el viento con mi
florete, esperando gravemente…, la negra solución de este conflicto. Lo hago
serio y desprovisto de sonrisa, pues aquella farsa de dama es quien debiera
abandonar este mundo y no su esposo, ya que es ella la aberración andante que
no viviente, que azota nuestros sentidos con su presencia sola, causando
estridencias en nuestros ojos, pestes en nuestras manos, y acidez en nuestros
labios. Él únicamente es culpable de mal gustos, pues no es uno solo el que
tiene atrofiado.
Pero ya se sabe, en cuestiones de amor se dice que
Cupido es ciego. Y en este caso, incluso daltónico.

sábado, 15 de octubre de 2011

CadENaS SoLidARiAS


¡¡¡Maldita sea la parte de vida que me ha impedido creer en más cosas!!!

Este domingo por la calle vi algo que me hizo de nuevo creer en la fuerza de la unión.

Manos que se entrelazan creando una red humana de solidaridad como las que un día unimos con fuerza pidiendo la ampliación del Jardín Botánico... un acto aparentemente pequeño y simbólico.

En el solar donde tomados de la mano pedíamos más jardín y aire para nuestro Botánico, nuestro deseo se había cumplido hay más jardín, no se ha construido el hotel que se especulaba y a su vez impedía el paso del aire a los árboles de nuestro antiguo jardín .

Ahora han crecido nuevas especies de árboles que respiran junto a los que un día se plantaron en nuestro Botánico.
¡¡¡la fuerza de la solidaridad y el esfuerzo incansable de los que formaron "Salvem el Botanic" lo han hecho posible. Desde aquí mi agradecimiento por el Jardín y por la esperanza que nos han transmitido.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Instrucciones generales para perseguir los sueños propios.


Independientemente de la clase de fantasía a pretender, entendiendo por esto que lo soñado forma parte de la galaxia en la cual habitamos y que imposible como imposible no hay nada, deberemos observar en primer lugar los lugares y las distintas formas de soñar.
El sueño a perseguir de cualquier mortal alcanza en ocasiones cotas tan elevadas, que el sujeto se transforma en un visionario carente de cualquier apego a la realidad, se manifiesta en cualquier momento de nuestra diaria actividad, igual entre las sábanas bien arropado, que viajando en el metro, incluso paseando por la calles de una desconocida ciudad , o atrapado entre las dulces y heladas calorías de un banana Split en la terraza de un café releyendo un viejo libro de poesía de Salinas, realizando tareas domésticas, esperando el autobús, descansando bajo la benevolente sombra de una araucaria frente al inhóspito océano.
Las muecas de placer se sucederán a estados de ánimo grisáceo-melancólico; elevaciones sincopadas de la mirada, e inmediata pérdida de la misma en el falso horizonte, suspiros entrecortados, flojedad en las extremidades inferiores. La ausencia espiritual en estos momentos es patente, habiéndose dado casos donde incluso se han transgredido las más elementales leyes de la física y ese “no estar” ha llegado a ser así mismo material, gozando de invisibilidad momentánea ó incluso de falsa levitación. Estos diferentes estados de ensoñación, cual alegorías Calderonianas son el espejo de la transmutación interna del soñador empeñado en su objetivo.
Para perseguir un proyecto, un ideal, una aspiración, un deseo, una ambición, una utopía, ó una fantasía, debe desearlo con todas las fuerzas del alma, proyéctelo sobre el infinito espacio y sitúese en el mismo plano, cuando encuentre dificultades o barreras que lo aparten del verdadero camino, entonces tómese un respiro y rememore aquellos otros anhelos que sí pudo apresar, debe luchar, despedazar la omnipresente realidad presta como siempre a mostrarse en los momentos más inoportunos, no se desanime, no ceda ante la adversidad, persevere trabajando continuamente en la misma dirección hasta lograr alcanzarlo.
Utilice todos los medios a su alcance, trabaje con tenaz denuedo, luche hasta la extenuación, escarbe en su casi siempre inaccesible interior, horade sin escrúpulos la moral ajena pero con sumo cuidado de no dañarla, huya de las metas virtuales que lo apartan de su verdadero objetivo, construya escalones de humanidad y entonces hóyelos con la certeza de seguir el camino correcto, decore de amor las entretelas de su destino, pero haga lo que haga, que sea con pasión y entrega total.
Una vez conseguido lo deseado, el llanto de la felicidad obtenida, la perplejidad, la satisfacción, no deben impedirle regresar de inmediato a su más profundo yo, para rescatar un nueva meta a la que someter de nuevo su vida, comenzando a perseguirla y releyendo si es el caso estas instrucciones desde el principio.
Duración media estimada en lograr un sueño: el mismo tiempo que tememos no atraparlo.
Se sabe de sueños rotos por la premura y el desánimo, se sabe de otros desgastados ó modificados por el paso metódico e intransigente de las saetas del reloj, se sabe de muchos anhelos que acompañan hasta la última despedida, pero todos ellos sin duda, alimentaron con fuerza el motor de la existencia de quienes los persiguieron.

jueves, 6 de octubre de 2011

miércoles, 5 de octubre de 2011

SUS AMIGOS LOS LIBROS



Era tarde, el día había sido muy largo y la última clase había recibido el primer bautismo del otoño, el pequeño Elías lo pensaba mientras cuidadosamente metía los nuevos libros del curso en la mochila ya un poco ajada, los palpaba y aproximándose a ellos hasta percibía aquel aroma de papel satinado y tinta fresca que siempre, aventuraban una grata lectura y un prometedor compañerismo.
El aula ya estaba desierta y cerrándola se encaminó al vestíbulo, su abuela como siempre llegaría tarde; estaba un poco harto de todo, pues desde que sus padres habían decidido divorciarse, su madre apenas le prestaba atención, el trabajo, la nueva situación y las facturas por pagar le habían cambiado el carácter.
La abuela Trini, eterna viuda, presumida y quejosa, tenía una variada e intensa vida social y recogerlo todos los días del colegio, le suponía interrumpir su largo y costoso noviazgo con el bingo del barrio.
Volvió a quedarse solo en el zaguán y el conserje ya se apresuraba a terminar su jornada apagando luces, afuera, la lluvia de octubre caía con fuerza primeriza y las sombras teñidas de gris se adueñaban de las vacías calles.
Elías tímidamente asomado echó un vistazo y una sensación de soledad le arrebató el pensamiento, pues nadie quedaba a excepción de una madre con su hijo, que parados parecían observarle, quizás pensaban que se habían olvidado de recoger a aquel niño, a él si que le hubiera gustado ser el que aquella mujer llevaba de la mano, en un imposible juego malabar de mochila, bolsas y paraguas.
Trini continuaba sin aparecer y la aparente conmiseración o curiosidad de aquella señora empezaba a fastidiarle, así que hizo como que no estaba esperando y tomó la decisión de irse solo abandonando su escaso refugio al agua, se quitó la cazadora e instintivamente protegió aquello mas valioso: la vieja mochila llevando sus preciados libros, no le importaba que el chaparrón resbalara por su cara, sus libros estaban a salvo y su dignidad también, pues la mujer en la acera de enfrente ajena incluso a la intensa cortina de lluvia que acompañada de viento barría la desierta calle, mostraba ya signos de inquieta preocupación e iniciaba maniobras de acercamiento.
Elias puso rumbo a su casa siguiendo el camino que acompañado hacía todos los días, pero antes de llegar a la siguiente esquina, divisó la inconfundible y reconocida silueta paraguas-abuela que apresuradamente se dirigía hacia él.
El encuentro fue como un chispazo, sin tiempo para saludarla, la primera impresión se reflejó como un sordo dolor que se le extendió por la mejilla hasta la oreja izquierda,
---hijo me vas a matar a disgustos, mira cómo vas!, te vas a resfriar!, cómo te has olvidado el paraguas? eres tan desastre como tu madre……..
La señora Trini tras la seca y sonora bofetada seguida de la consabida letanía de imprecaciones , guareció al niño que iba mojado de pies a cabeza bajo su enorme paraguas; la mujer de enfrente y su hijo mudos testigos de su derrota, optaron por fin continuar su marcha.
Elías, ya resguardado de la lluvia, cabizbajo y herido en su orgullo, caminaba con desgana, meditando sobre lo injusto de su vida, sin evitar los charcos , sentía la fría humedad calar en sus pies, la voz de la anciana le llegaba lejana, muy lejana, y él abrazaba con fuerza a sus únicos amigos.

lunes, 3 de octubre de 2011

Septiembre

Aquí os pongo una colaboración, que nos llega desde Linares (Jaén). ¡Muchas gracias Álea Rosa!


septiembre ansiado
rosas rosas y tul blanco
ilusión sin fin
periplo amargo

dos frutos deseados
como dos rosas cuidados
esencia de nuestro ser
ha quedado

aura de color y blanco
una senda envolvió
caminar era ilusión
fortaleza desprendió

un tul envolvía
ilusiones y proyectos de un día
amado eras para mi
lo sentia

pasión, verdad y amor
reseñas de un día
de aquel septiembre ansiado
ilusión

decepción, amargura, desamor
aquel tul blanco rompió
mostrando luz por sus rotos
aquello orientó

marcando un destino
incierto por llegar
colmado ahora
de paz y felicidad

inocencia de un septiembre
lluvioso y colorido
dia sereno de lluvia
aclarando para el sol

a las siete de la tarde
el camino se inició
del brazo de un padre
que a la iglesia acompañó

Álea Rosa
Septiembre 2.011

martes, 27 de septiembre de 2011

¡¡¡¡¡¡

importante ...preguntas


ser consciente...

vives



importante...pensamiento



si te dejas arrastrar...



importante..... acción



junto a quien ?


muy importante


eres tu...


la vida




lunes, 26 de septiembre de 2011

Fallece Wangari Maathai..".la mujer árbol"



lunes 26 de septiembre de 2011

Fallece Wangari Maathai..".la mujer árbol"





Wangari Maathai planta árboles; muchos árboles: 20 millones hasta el momento y sólo en Kenia. Fundadora y coordinadora del Movimiento Cinturón Verde, es la promotora de un proyecto para repoblar enormes extensiones de terreno y luchar contra la erosión del suelo y la desertificación, y a desarrollar métodos viables para el uso de la tierra. Maathai, oradora elocuente, pasa con facilidad de las aldeas locales de Kenia al estrado de la ONU para promover los derechos de la mujer y, por extensión, los derechos relacionados con la ecología.
    La ecologista keniana Wangari Maathai obtiene el premio Nobel de la Paz
    Ampliar
    Wangari Maathai, en una fotografía tomada el pasado junio.- REUTERS

    "La calidad de vida es imposible sin un buen entorno. Implica disponer de agua no contaminada, de alimentos no envenenados, de un aire no contaminado, de materiales de construcción en los hogares no tóxicos; es nuestro derecho". A pesar del acoso del que ha sido objeto en Kenia por sus ideas -"debido principalmente a la faltde información"- su organización se enorgullece de haber conseguido importantes triunfos, a destacar el haber salvado el parque Uhuru de Nairobi de las manos de los especuladores.
    Su movimiento tiene fama mundial en el campo de la responsabilización de la mujer, aunque ella rehúye todo tipo de distinción entre géneros: "Ninguna comunidad se compone exclusivamente de un género. Una comunidad está siempre formada por hombres, mujeres y sus hijos. Es muy importante que transmitamos nuestro proyecto de desarrollo a toda la comunidad". Su sueño: que haya un nuevo movimiento de espiritualidad en el que reconozcamos que la vida depende del hecho de que formamos parte de un solo mundo y que éste es moralmente injusto cuando hay unos que poseen ciertas cosas a expensas de los demás.

    jueves, 22 de septiembre de 2011

    Augusto Monterroso...CuENtOS







    Me gustan mucho los viajes en tren incluso si son cortos, aprovecho para hacer en verdadero paréntesis en la vida o al menos soy consiente del tiempo o del no tiempo.

    El último recorrido no era largo así que decidí buscar por casa algún libro que no ocupase demasiado en mi bolso pues cuando llegase a mi destino no podía ir excesivamente cargada , siempre llevo demasiadas cosas " por si acaso".

    Llegué a la estación, sin saber a que hora partía el tren, saqué el billete con tranquilidad para posteriormente ponerme a correr como siempre (es algo que no puedo evitar, aunque sé que algún día ya no podré hacerlo...la edad no perdona) subí al tren , no había casi nadie... no sabía a que hora salía así que saque el pequeño libro .."Augusto Moterroso....Cuentos".

    Debí comprarlo hace unos diez años, (primera edición 1986, última en el libro 2002) sin duda algo me había atraído de él y descansaba en uno de los estantes de la librería situada donde transcurre ahora la mayor parte del tiempo que estoy en casa...antes pasaba mucho tiempo en el taller, era donde podía encontrar la soledad y encontrarme con el barro y conmigo ...ahora la vida ha dado un nuevo giro y la soledad me acompaña en toda la casa.

    Como suelo hacer leí la contraportada y como una neófita descubrí a un nuevo escritor...AUGUSTO MONTERROSO.

    El verdadero redescubrimiento llegó cuándo terminé de leer el primer cuento...permanecí mirando a través de la ventanilla los arrozales y las cañas con sus hermosísimos plumeros...de nuevo leí el siguiente cuento:"UnO dE CadA tREs"...realmente imaginativo, mágico e interesante; en la ficción de este cuento Monterroso habla de algo que ni él mismo podía imaginar que pudiese existir en aquél momento... En la actualidad existe aunque con alguna variación, (hay que leerlo para creerlo).

    "LeOPpoLdO (Sus TRraBajOs)" otro de los cuentos... es una verdadera joya, escribe sobre los apuros de un escritor que quiere conseguir escribir algo importante, metáfora del que quiere escribir y que al final no es capaz de ponerse en marcha ya que el exceso de temas, de ideas....le impide escribir una sola palabra.


    jueves, 15 de septiembre de 2011

    Adel



    En un mes dorado como sus cabellos, Adelina surcaba mis brazos en un tremebundo abrazo de pasión que le hacía surcar mi agé corps , y perderse entre mi atribulado deseo. Cómo encendía mi pasión esa mirada inocente, perdida, adornada con un pañuelo de transparente y sedoso deseo, que escondía su sonrisa.

    Era verano, ese momento del año en el que todo parece posible, y el tiempo se detiene creando una burbuja, que te separa del resto del mundo y te susurra en el oído promesas de eternidad. Había llevado a la hija de mis vecinos, Adelina, Adel, mi Adel, a pasar unas semanas a un campamento de verano. A caballo entre la verdad y el embuste, pude cobijarme a la sombra de mi trabajo para justificar el acompañarla, y después solo tuve que mover mi dedo en el mapa un centímetro, para encontrar un motel que me permitiera estar próximo a mi ninfa.
    Los lunes realizaban una ruta de senderismo a través del bosque, momento en el que ella siempre se desviaba para encontrarse conmigo, y permitirme hacerle el amor, desesperadamente. Retozábamos brevemente, pues ella debía retomar el curso rumbo al río, donde se encontraría con el resto del grupo para el esperado baño. Objeto de euforia para el resto y templo de termas relajantes para mi ninfa. Mientras, yo yacía en nuestro lecho de toallas, pelando con mi navaja la rugosa piel de un melocotón, para luego poder disfrutar de aquella verde fruta, de carde tersa, sabor dulce, y carácter agrio. Después de aquello volvía a mi motel, a relajarme en la ducha con los ojos cerrados, mientras revivía cada centímetro de su piel fresca, de sus protocaderas, pues es así como me gustaba verlas, y no andróginas por su puesto. De sus pechos incipientes, que no incompletos, de sus manos dulces… y no inacabadas. Con estos recuerdos me arrastraba en una nube de ensoñación hasta el final del día, momento en el cual recordaba lo que me esperaba al día siguiente. –Mañana es martes, toca clase de natación por la mañana y después de comer, cuando todos estén en la siesta, Adel, mi querida Adel, y yo, nos veremos en el bosque, en el mismo sitio que ayer, en el mismo lugar, de todas las semanas.
    Aquel martes comenzó como los anteriores, mi ninfa yaciendo ante mí, conmigo encima y dentro de ella, disfrutando de aquel cuerpo liviano, hasta el final. Y justo en ese momento, cuando mi ninfa me obsequiaba esa carita de asco al saberse empapada, oí el quejido de unas ramas tras de mí. Era una de las monitoras, una mujer de unos treinta años que me miró como quien mira a un asesino, con el miedo en su rostro y el temblor en sus manos. Echó a correr y yo corrí también detrás de ella. La alcancé, y en el forcejeo rocé sus pechos, sin querer, y Dios sabe que no quería, pues aún recuerdo aquel volumen inmenso que casi podría llenar mi mano, la imagen de sus caderas que se alejaban tanto y tanto de su cintura, que quizá podrían llegar incluso hasta los 90 centímetros, en fin, una mujer completamente formada, una ninfa echada a perder. En el forcejeo me di cuenta de que todavía llevaba puesto el polo, y en el bolsillo seguramente estaría mi navaja. Clavé la hoja en su cuello y vi como su vida toda se derramaba sobre la arena. Al voltear, vi otra mujer, era Adel, pero aunque tenía su cuerpo, su aura la había abandonado, ya no era mi ninfa, el horror en su rostro la había dotado de una nueva mirada, una mirada que una niña no es capaz alcanzar. Allí, en aquel preciso momento, mi navaja acabó con la ninfa mucho antes de lo que lo habría hecho el paso del tiempo. Con un enorme pesar, tuve que sacar el acero del cuello, de mi primera víctima.

    lunes, 12 de septiembre de 2011

    MaRiPOsAS DEl ALma



    Dibujo de una neurona realizado por Santiago Ramón y Cajal




    Me enteré hace poco en una clase de Psicología que Ramón y Cajal quería ser pintor y sus padres no se lo permitieron...esas cosas ocurren en la vida y hacen que cambie el rumbo del propio camino de la vida...

    Así que él, ya siendo médico se compró un microscopio, (un gran tesoro para él) y comenzó a observar

    ...lo imagino mirando con avidez a través de las lentes de su apreciado instrumento... dibujaba y pintaba todo lo que allí encontraba ...le parecía maravillosamente intrigante y hermoso.

    ¿qué habría sido de la ciencia sin sus investigaciones?

    ¿qué ha perdido el mundo del arte sin su sensibilidad, sin sus creaciones?...esto último nunca podremos saberlo, la vida habría sido otra.


    Quién iba a decirnos ahora que esas mariposas iban a tocar a las personas que queremos, que al morir hacen que el olvido inunde una vida ya no vivida.



    sábado, 10 de septiembre de 2011

    ViSiTA IMpoRtANtE a JACINTA GIL RONCALÉS





    El motivo de esta visita era importante... después de mucho batallar , Alicia Martinez va a conseguir que se publiquen los poemas inéditos de Jacinta Gil Roncalés



    Ya hemos entrado en el final del verano aunque el calor es sofocante...el tiempo al igual que la vida se está transformando.
    Hoy ..bueno el jueves, vino de un pueblecito de Toledo Alicia Martinez, esa gran mujer, periodista, poeta, escritora y todos los adjetivos que se nos pueden ocurrir.... Embarazadísima a solo dos semanas de su parto ha venido a conocer a Jacinta y a transmitirle la buena noticia " Jacinta tu libro de poemas podrás verlo editado".
    Estábamos ya en el ascensor subiendo a casa de Jacinta...allí 4 mujeres que de una manera u otra hemos luchado para que Jacinta viera publicado en vida su libro (ella ya es muy mayor aunque su cabeza funciona perféctamente)
    Cuando hemos llegado al séptimo ( piso, no mandamiento) el ascensor se ha bloqueado y no podíamos salir...después de inimaginables intentos para abrir la puerta e intentar dejar pasar el aire...llamadas infructuosas al servicio del ascensor Alicia ha tenido la feliz idea de llamar al 112...
    -¿qué sucede........
    - Estamos encerradas en un ascensor ... , estoy embarazada me queda muy poco...estamos cuatro mujeres..
    - no se preocupen pronto llegaremos, tranquilas tienen suficiente oxigeno, no tardaremos...
    ... Hemos cantado, recitado, subido las faldas al cuello, tirado agua por todo el cuerpo...y cuando el ascensor estaba totálmente empañado ha aparecido un bombero ..¿será el de los calendarios? ... el caso es que nos daba igual, lo importante era salir. ¡¡menuda aventura inolvidable!!! y los bomberos muy sonrientes y amables no se han negado a posar junto a nosotras "las rescatadas".





    miércoles, 7 de septiembre de 2011

    Carta de un veraneante desde el pueblo (II)

    La expectación, la ilusión y el entusiasmo lo invadía cuando lejos muy lejos de casa, tras unas semanas de navegación recalaban en un puerto perdido en el mapa y recibían la correspondencia largamente esperada, al instante de forma ceremoniosa estas benditas cartas que albergaban intimas palabras de los amigos, familiares o de los amores penosa ó alegremente dejados, se repartían sin atender a rango ó condicion, llegado el momento y sabedor de que él no era el destinatario de ninguna de ellas y tras volver a preguntar inútilmente como implorando un error o un olvido, la tristeza ,el desánimo y la rabia se apoderaban de él.
    Pasado un buen rato las justificaciones mitigaban el dolor de sentirse en cierto modo olvidado, no correspondido, preguntaba con desgana sobre las fechas y lugares de envío de las misivas a los afortunados receptores una vez la habían releído en la intimidad de sus camarotes, y con esos datos y con mucha voluntad, pergeñaba la pequeña argucia mental de que sus cartas seguramente no habrían llegado a tiempo, por lo que al poco, el pequeño incidente emocional quedaba en el olvido sumergido a veces en melodías de vino y otras, travestido de indiferencia frente al resto de compañeros.
    Cuando por fin, la suerte le era propicia hasta 6 ó 7 cartas empapelaban de gozo su arribada y entonces debía escoger el orden de su lectura y el momento más idóneo para hacerlo. Siempre comenzaba con las de casa, (temor de noticias desagradables?) que en ocasiones lo sumían en cierta congoja rebozada por alguna que otra lágrima; las de su padre, que en esa época pasaba por una mala racha de salud, las de mamá, siempre sola, siempre esperando, le relataban con su trabajosa caligrafía todas las vicisitudes de la familia al completo, luego estaban las de los amigos, ( sus hermanos presos de un falso pudor muy pocas veces le escribían) que eran verdaderos compendios de sucedidos, dimes y diretes de la pandilla y que claro, comparados con sus excursiones allende los mares eran pura rutina, ( eso decían ellos) por fin llegaban aquellas que atendían al corazón, las que impregnadas de supuesto amor encendían su pasión y sus deseos de volver, cuantos “te quiero” y "te echo de menos" confortaban su aventurero espíritu, nunca entonces ahíto de aquelarres amorosos.
    Todas aquellas cartas a buen seguro, habían supuesto un esfuerzo más que notable por parte de todos los que pretendían llegar a él, (al pobre de él, que a miles de kilómetros de distancia las esperaba y sabía apreciarlas) un especial ánimo al redactarlas de puño y letra, en franquearlas y echarlas al buzón de la esquina ó ir para más seguridad hasta la oficina de correos, el mismo sacrificio que él asumía en ocasiones, ya que algunas noches apenas dormía bordando sentimientos y cosiendo inquietudes y proyectos al papel, que al día siguiente muy temprano sería entregada antes de partir a veces sin un rumbo definido. Había una verdadera correspondencia de emociones y un pesar de lejanía, que a todos por un motivo u otro los impulsaba a vincularse a través de la escritura, pese a las dificultades y a la tardía satisfacción que ese tipo de comunicación les producía.
    Hoy en día, la inmediatez del mensaje exige rapidez de respuesta, no admitimos que un e-mail nuestro no sea contestado en breve, no valoramos ni lo que escribimos ni lo que recibimos, tecleas ó emborronas de tonterías ó de trascendentales pensamientos un papel virtual que puedes, modificar, borrar, cortar, añadir, pegar etc., haces clic y lo envías para que tal vez lo mal lean o por el contrario lo aprecien unos pocos ó unos cientos, es igual pues ésos mismos reciben y envían decenas de mensajes diariamente en un intercambio frenético de información desprovista de humanidad.
    Escribo esto escuchando el silencio, escribo esto no sé para quién, escribo esto no esperando respuesta, escribo esto solo para quien me quiera leer, escribo esto no para remover conciencias, escribo esto al fin para pedir : dejadme papel y pluma, dejad que un escalofrío de impaciencia, recorra mi cuerpo al tacto de un sobre manuscrito con mi nombre y dirección, dejad que examine la belleza de la estampilla, dejad que vea la letra del remitente como antesala de lo que me espera en su interior, dejad que el abrecartas me devuelva el aire y el perfume largo tiempo encerrado que seguramente envolvió por un instante al escribidor, dejad que el papel tenazmente doblado me arrulle con su rumor al desplegarlo, dejad que con fruición cuente los folios, dejad que en la intimidad el perfil de la escritura trabajada y hasta de algún borrón, me sublime con su significado y con su intención, por fin dejadme escrutar en la celulosa alguna escapada lágrima y dejadme que con un sentido beso, finalice su lectura.
    (Esta experiencia epistolar me recuerda los ya lejanos 70, cuando leer El Pais, o el Triunfo era todo un placer, un pequeño rito, cada hoja del periódico era cuidadosamente plegada antes de su lectura, allanándola con el pulgar con suma precisión y manteniéndola ajustada y alineada al resto como si estuviera encuadernada para la ocasión)
    Hoy ha hecho calor, la brisa nocturna acaricia con su tenue frescor estas reflexiones veraniegas, la luna llena parpadea y el gallo no canta, no, aún no.
    11 de agosto de 2011

    viernes, 2 de septiembre de 2011

    VeRaNO MaGeNTA

    Café con hielo para refrescar la cabeza.
    Días que no llegan y otros que a duras penas se van.
    Chapuzones sin sol y miradas virtuales sin alma.
    Rutina para sofocar la desidia.
    Desidia para sofocar el verano.
    Y para acabar, días de luz, días de agua, mucha agua donde ahogar la nostalgia.
    Septiembre nos vuelve a dar una oportunidad, mientras en el techo de mi dormitorio, las aspas del ventilador siguen girando.

    UFF, VeRaNO

    Abogados, obras y disputas.
    Urbanización, aguas privadas, alma de labrador, madre es madre.
    Hermano es ausencia, decepción, rabia.
    Sobrina es melancolía, tristeza a flor de piel.
    Alegrías.
    Mujeres, puntos suspensivos.
    Friáis renacimiento y rock and roll.
    Verano uff
    Eterno, solitario y cálido cielo.

    CADaVeR eXQUisiTo 2

    Resolvió la situación con esmerada diligencia, reafirmándose sin pudor como el líder absoluto de tan descabellado proyecto. Con una seguridad impropia de su insegura personalidad. Cuando finalizó su adornada exposición, se giró hacia la ventana esperando que ella cruzase la puerta con esa elegancia tan propia de su exquisita educación.
    Cuando la vio, se dio cuenta de cuanto la había echado de menos. Los años no habían pasado para ella, seguía siendo igual de bella y elegante que en sus tiempos mozos. Tenia bastantes manías, una de ellas era leer una sola frase del libro escogido para los momentos antes de dormir, para alcanzar la relajación exacta, previa a la excitación, y poder dejar fluir sus instintos, sus deseos, sus más profundos anhelos hacia su ser. Su joven y terso cuerpo rozándose con el mío en la distancia, mis pechos rozándose con los suyos, y su dulce gemido mezclándose con mi aliento. Su lengua surcaba mis dientes metiéndose entre mis fundas, que me acababan de poner al hacerme el nuevo diseño de sonrisa en Sudamérica. No le molestaba mi olor, mezcla de habano fideliano y coñac napoleónico. ¡Tenia halitosis¡

    Mí verano

    Alegría, vida,
    calor ardor,
    locos caminando;
    calor,
    recuerdos,
    calor,
    horror, calor…

    Frescor,
    alegría,
    frescor,
    vida,
    frescor,
    sabor…

    Calor, sudor, mente adormecida.

    miércoles, 31 de agosto de 2011

    VeRAnO 011





    Despedidas

    lágrimas

    orfandad


    desesperante hambruna

    Incomprensible vida...


    Sol,salitre,arena...

    Calor penetrante

    Atardeceres


    sabanas frescas

    palabras, risas

    sueño , sueños


    sigue la vida



    martes, 9 de agosto de 2011

    Se LO QuE esTAS PeNSaNDo

    Primera novela de John Verdon, publicista neoyorquino que en su opera prima lleva ya en nuestro pais la friolera de 13 ediciones. Todo un éxito editorial para una obra, que a modo de cruel juego con el lector, nos va desvelando las pistas necesarias para descubrir al retorcido asesino protagonista de la historia. Al otro lado, el de los buenos, el ex inspector Gurney se ve envuelto en una trama tan compleja como peligrosa cuando un antiguo compañero de instituto le pide ayuda al comenzar a recibir amenazantes mensajes en los que el remitente parece conocer todos y cada uno de los movimientos de la amenazada víctima.
    Un terrorifico juego en el que los numeros tienen mucho que decir, y que lleva a nuestro protagonista a descubrir otros tantos asesinatos relacionandos con el mismo autor.
    Verdon, que dado el éxito obtenido, ya ha publicado su segunda novela, nos regala una cuidada e inteligente tension al tiempo que se recrea profundizando en los distintos personajes que circulan alrededor de tan siniestra historia. Una interesante y adictiva obra para todos aquellos que disfrutan de las coincienzudas investigaciones policiales, en las que podemos dar rienda suelta a nuestros mas escondidos anhelos frustrados de investigación, que en mi caso siempre son erroneos, pero que te permiten disfrutar con intensidad de una trama que nunca deja de sorprender. Una más que recomendable lectura veraniega de la que cuesta desprenderse una vez cerrado el libro.
    Doc


    Un CaDAVeR ExQuiSiTO

    Caminaba sin rumbo fijo, siguiendo con indiferencia los últimos retazos de su apesadumbrada sombra, que con un descaro indigno de tan noble linaje, se volvió hacia el, y mientras se encendía su último cigarrillo, le dijo:
    Como es posible que después de tanto tiempo que dejé de fumar continué deseándolo.
    Sin embargo, tuvo que contener sus instintos y continuó escuchándole, con los ojos fijos en él, mientras ella desataba su imaginación y vivía en su mente una escena lujuriosa de plena satisfacción. Una satisfacción momentaneamente interrumpida por la inesperada aparición de un pequeño hombrecillo de indescifrable edad, y de ajada apariencia, que sin dejar de rascarse la barbilla con inquietante satisfacción, tomó la mano de la sombra, mientras con esmerada educación la invitaba a bailar.
    ¿Qué te gusta bailar?
    Cualquier baile que no tenga reglas, las normas me resulta insufribles y además no comulgo con ellas. De modo que decidí no cumplirlas con todas sus consecuencias, me dijera lo que me dijera. Y por supuesto sin quitarme el sombrero.

    EL PSiCoaNaLíSTA


    El día de su 53 cumpleaños el doctor Fredrerick Starks, recibe un anónimo:
    Feliz cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo por qué o cuándo, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya.
    Un prometedor arranque que no decepciona durante de desarrollo de tan inquietante historia. SU protagonista, dispone de 15 días para descubrir quien se esconde tras ese anónimo, que esta dispuesto a hacerle pagar muy caro un error del pasado. A partir de ese momento el autor, John Katzenbach, nos sumerge en una vertiginoso thriller que desde sus primeras páginas engancha al lector sin darle respiro. Una amenaza, una cuenta atrás y un inesperado giro en la historia que invita al lector a no abandonar su lectura. Más de 500 páginas de tensión en las que nada es lo que parece, en un arriesgado juego psicológico entre victima y verdugo que no deja de sorprendernos hasta el final.
    Su autor, que abandonó el periodismo de sucesos para dedicarse a la literatura, goza de gran éxito y prestigio entre los aficionados al suspense psicológico, y es autor de un buen puñado de novelas, algunas llevadas al cine con éxito.
    Doc

    EL VeRaNO dE LoS JuGuETeS MuERToS


    En su primera novela, Toni Hill nos sumerge en un doble caso, con una asfixiante Barcelona como telón de fondo. Su protagonista, el inspector hispano-argentino Héctor Salgado, investiga la presumiblemente accidental caída al vació de un joven de una reputada familia catalana, al tiempo que tiene que demostrar su inocencia en el asesinato de un fanático del vudú involucrado en una trama de trata de blancas. Una investigación que realmente esconde un turbio asunto que pondría en riesgo la honorabilidad de tan importantes familias.
    “El verano de los juguetes muertos” es una obra de fácil lectura que desde el principio engancha al lector en una investigación repleta de mentiras y medias verdades en la que las apariencias están por encima de la justicia. Un complicado puzzle en el que finalmente todas las piezas acaban encajando. Una amplia galeria de personajes que acompañan a Salgado en su primera aventura y dado el carácter abierto del final, no será la última. Unos personajes que quizás quedan algo desdibujados ante la cantidad de información y acción que se suceden durante la novela y que la convierten además en una obra muy cinematográfica.
    Una adictiva opera prima de la que muchos estamos esperando continuación, y que según palabras de su autor, que amablemente ha respondido a mi mensaje, se encuentra escribiendo actualmente. Una lectura ligera, amena y muy recomendable para los calores estivales, de la que muchos ya estamos esperando continuidad.
    Doc

    miércoles, 20 de julio de 2011

    Caballeros,7



    El día se presentaba gris y frio, los empañados cristales de la ventana pintaban de aparente niebla el ajetreo de la calle Colón, y Rafa después del habitual gesto de recoger la impresión visual de lo que le esperaba al bajar, recogió su sombrero del mozo perchero y sin decir nada se dispuso a enfrentarse a su cotidiana existencia de acomodado rentista.
    Arrebujado en su elegante abrigo recorrió unos pocos metros hasta el carruaje, que a la espera de clientes se encontraba parado ocupando el primer lugar de una larga cola de coches de punto,
    ---a la calle Caballeros,7-- gritó al cochero antes de ocultarse en su interior, donde echando su cabeza hacia atrás sus pensamientos escenificaron el encuentro con Angela, nada incluido el griterío de los arrieros y los vendedores ambulantes de la calle Avellanas le distrajeron en todo el trayecto y no habiendo aún concluido su imaginaria representación, el ---ya llegamos— ronco, del áspero conductor, le impulsó como un resorte a bajar, pagar y abrir la cancela de aquel oscuro pero amplio zaguán.
    El cantarín saludo en francés dispensado por la Srta. Ventege, profesora del entresuelo y conocedora de su pasado parisino le hizo rememorar por segundos aquellos tiempos.
    Angela aún no había llegado y el estudio era todo un desastre, nadie parecía poner orden en aquel refugio de amor y arte, sin quitarse el abrigo el sofá lo recibió con calidez, contaba mentalmente cuantas veces habían hecho el amor el último mes, y los celos le aguijonearon el estómago, el ruido de la puerta y voces le pusieron de pié,
    ---si está aquí Don Rafael, como estás? ---le saludó un apuesto joven que apoyado en un bastón le tendió con franqueza la mano, iba seguido por Angela que quitándose el sombrero y besando en los labios a Rafael, trató de explicarse
    ---si querido, nos hemos encontrado en la plaza de la Virgen y amablemente me ha acompañado, y dirigiéndose a Miguel
    ---siéntate donde puedas y disculpa el desorden que la mujer de la limpieza hoy no ha podido venir.
    Rafael, levantándose no acertó si no a sonreir y a aceptar la inconveniencia de aquel encuentro, que trastocaba sus planes respecto del ultimátum que pensaba dirigir a aquella mujer que nublaba su entendimiento y que sumía su vida en un continuo tormento.
    ---Vaya, Vaya si tenemos aquí nuevas creaciones, ---comentó Miguel que siempre valiéndose de su exquisitamente rematado bastón, recorría con curiosidad los rincones de la estancia,
    ---y dices que esta corriente artística es el Dadaismo?, yo no entiendo nada de arte que no sea el de Cúchares, pero no me disgusta este atrevimiento, aunque llamarlo arte y sin querer ofenderte me parece exagerado.
    --- agradezco tu observación Miguel, pero esas láminas no son muy representativas de ese movimiento, mas tarde si hay ocasión te mostraré mis últimos trabajos,---
    respondió Rafael sin mucho interés
    Angela mientras tanto, se afanaba en arreglarse el cabello y en ajustarse el vestido corto recién estrenado, frente a un enorme espejo que presidía el único dormitorio de la casa.
    ---Voy a preparar un té y os comentaré la posibilidad que me han ofrecido en un nuevo espectáculo que se va a estrenar en el Ruzafa y además os tengo que dar una noticia---
    Mientras tanto, Rafael se ponía cómodo y sus pensamientos giraban en torno a la gravedad de su situación económica, pues era incapaz de hacer frente a su tren de vida con las pocas rentas heredadas de sus padres, (había comenzado por malvender las escasas propiedades agrícolas y ahora estaba terminando por acudir a prestamistas a empeñar o malvender las joyas de su madre), en las fantasías de Angela que se negaba a reconocer que ya nunca volvería a la escena y en aquel torero tullido que apuraba su fortuna con una cupletista cuyos caprichos el ya no podía satisfacer, su amor por ella teñido de celos no solo se había afianzado sino que cada día la veía más atractiva, y era consciente que poco a poco se le escapaba, por lo que él permitía en cierto modo los devaneos que se traía ahora con Miguel, un famoso exmatador de toros y los que anteriormente mantuvo con un renombrado pintor que aburrido de sus excentricidades mudó de musa y de ciudad.
    Angela, a sus 33 años albergaba parte de la exuberante belleza que todas sus hermanas en su juventud habían envidiado, pero ya con esta edad, la acumulación de atributos femeninos pese a que los cánones de la moda imperante eran muy condescendientes con las formas que ella paseaba con gracia y picardía, comenzaban a hacer mella en su cuidada imagen.
    Aunque con cierto estilo, en ocasiones mostraba su lado arrabalero, ese que el barrio de la Barceloneta le había sellado en su carácter, a fuerza de aprender a defenderse en las calles y a malvivir una infancia carente de referentes paternos. Alejada muy pronto de la escuela, su gusto por la música y el baile le llevaron a frecuentar los garitos del paralelo, hasta que un mecenas inspirado por el arte que su cuerpo atesoraba y sobre todo por el fuego que desprendía, le dio la oportunidad de ser una reconocida cupletista en los ambientes de los mejores cabarets de la ciudad.
    Sensible, frívola, carnal, y amorosa, supo emplear con acierto su escaso talento para la escena y su habilidad de relacionarse con intelectuales de café, pintores de media brocha, empresarios de varietes y bohemios de las más variadas artes.
    A falta de contratos y a la espera de su imaginario relanzamiento como la gran revelación del cuplé, recaló enamorada en Valencia como parte del equipaje que el entonces adinerado Rafael, se trajo de Barcelona a su regreso de París.
    No tardó en percatarse que el horizonte de lujos y fiestas que preveía al comienzo de su relación no era más que un espejismo, Rafael, obsesionado con el Dadaismo y lejos de la cómoda posición económica de los primeros tiempos, poco le podía ofrecer ya y ella supo encontrar en Miguel el “amigo” que amparaba sus caros y en ocasiones extravagantes placeres.
    Miguel, sabedor del papel que desempeñaba en este triángulo, condescendía a financiar lujos y fiestas con tal de tenerla a su lado, aquella cogida en la Maestranza cuando se encontraba en su mejor momento dio al traste con su sueños, y aunque admitido y alabado en los círculos taurinos de la ciudad, (pues incluso le hicieron un homenaje en el coso de la calle Jativa cuya recaudación integra él donó al hospital provincial), Marilú su esposa lo abandonó, y sus antiguos amigos dejaron de frecuentarlo, asiduo de círculos bohemios, el opio y Angela de la que estaba enamorado le ayudaban a olvidar la frustración que su rodilla izquierda, había infligido a su prometedora carrera de matador de toros.
    Ángela, disponiendo el servicio de té sobre la mesa donde ya se sentaban sus dos hombres, les adelantó que tenía una buena noticia para ambos, ellos expectantes se miraron mutuamente sin comprender nada, el silencio se adueñó de la salita y Angela muy ceremoniosa tras servir la excitante y caliente bebida, encendió un largo cigarrillo turco, sorbió de su taza y tras chasquear la lengua con extrema suavidad como homenaje a aquella exquisita infusión traída de Ceylán, con pasmosa tranquilidad les dijo, ---estoy embarazada y no sé quién de los dos es el padre.---

    jueves, 14 de julio de 2011

    Ecos de un retrato.

    Vacío de tu ausencia en mi vida
    Lenguas de fuego abrasan mis entrañas
    Me descalzo de tus pasos
    Zumbidos ensordecedores me atraviesan

    Bella criatura, amalgama de espíritu carnal
    Espejo de lo invisible, mantis de crucifijo
    Reflejo del abismo, agua de manantial
    Vénus a la sombra

    Verde y yerta, tierna espiga al sol
    Sementera de precoces deseos
    Yermo terreno al desamor
    intrépida libélula de vibrantes contoneos.

    Suaves trazos de palabras no pronunciadas
    marcados surcos de curtida trovadora
    adornados lóbulos en paciente escucha
    decidida e imperiosa


    Ambarinos luceros de húmeda mirada
    de estambres de amapola festoneados
    en esplendidos nidos alojados
    altivos faros claros y abiertos libros

    Trémulos e inquietantes
    apañan dulzura y temor
    tensan cadenas de dura forja
    hasta huidizos expresan amor

    Candiles de mi oscuro camino
    cerezas maduras
    altas rocas
    refugios de querencias

    Aún cerrados noto su mirar
    y cuando abiertos queman
    mi pesar.

    Enterradme con él.


    Entierro, dura palabra que pronunciamos con cierta afectación pero sin darnos cuenta del significado que encierra, coloquialmente enterrar algo es olvidarlo, enterramos el pasado, una mala experiencia, una desafortunada relación sentimental, enterramos el hacha de guerra para vivir la paz, enterramos el corazón para apartarlo de sinsabores ya conocidos, se entierran los puntos de vista ajenos cuando solo nosotros nos creemos con la verdad, se entierran las palabras si estas son molestas, se entierra la justicia, la indignación, los derechos humanos, se entierra la dignidad de las personas, y se entierran también nuestros restos cuando inanimados ya no resuelven crucigramas ni respiran…
    En las ciudades el publico conocimiento del fallecimientos de cualquier persona sin relevancia social se circunscribe a su entorno más cercano, familiar, social, laboral y vecinal, que son los que acuden al sepelio, en cambio en los pueblos incluso en los más grandes, cuidadas esquelas con curriculum y foto ,son situadas en las puertas de los lugares que en su caso solía frecuentar el finado, bares, casino, mercería, estanco, administración de lotería, biblioteca, puticlub, colmado, panadería, lugares éstos que te acercan a sus cotidianas costumbres. En la actualidad parece que esto tiende a cambiar, y en las ciudades y en los pueblos nos enteraremos ( si no somos el protagonista) a través de las redes sociales, y puede ser que el propio actor del sepelio, mediante acuerdo en forma de testamento permita a los gestores de la red social escogida dar la noticia mediante un especial mensaje según su perfil a sus cientos de amigos cibernéticos de su propia desaparición, no solo de la red sino de este planeta de vivos semiautómatas con ipod, iphone, etc. añadiendo el día y la hora de su sepelio. Éste enterrado con su smartphone, seguirá recibiendo información, fotos de los colegas, llamas-cuelga, facilitando la respuesta automática hasta que la batería se acabe, (véase sistemas de recarga mediante microorganismos producto de la putrefacción) o la familia cancele la línea.

    Ahora, se ha potenciado la incineración, como medio de terminar con las ampliaciones de los cementerios y como forma más económica de desvanecerse en el éter, por lo que la solución de comunicarse post-morten queda poco resuelta, salvo que el aparatito en cuestión acompañe las cenizas, con las consiguientes molestias para los poseedores de la urna que deberán soportar las llamadas y sms a horas inoportunas y siempre con la tentación de responder.
    El móvil y sus avanzadas configuraciones suponen una extensión de nuestro yo, allí conviven agenda de citas, archivo de nuestra correspondencia coordinada con el Facebook ó el Twiter, fotos de un atasco, de una comida con los compañeros, del perrito familiar o del ultimo concierto de Lori Meyers, y como no, relación de los restaurantes de moda y su ubicación Gps, gasolineras, farmacias, nuestra música favorita en mp3 o mp4, notas tomadas a volapié en la barra de la cafetería, cuantas veces no has tenido que soportar alguna palabreja en inglés en un anuncio de moda durante todo el trayecto en el metro sin saber su significado y con la conciencia de llevar 20 años peleando con el dichoso idioma, ahora con tu Smartphone la curiosidad la rematas allí mismo, si vas acompañado hasta puedes interrogar a tu amigo y sacar a relucir su ignorancia, anotas tus planes de vacaciones, encargas una pizza antes de llegar a casa, te quedas sin sacacorchos y te da la solución en segundos para probar esa botella que tu amada te ha llevado a la cena, pagas recibos, realizas trasferencias bancarias, firmas tu declaración de hacienda, te lees el ultimo best- seller y todo eso en tu bolsillo y en cualquier lugar, como no entonces te van a enterrar con el, tu vida sin él no tiene sentido y él sin ti es solo una amalgama de circuitos electrónicos y metales preciosos.
    Enterradme con él y que mi inerte cuerpo vibre, aunque sea con una llamada de movistar tratando de venderme un plan ahorro fin de semana.

    miércoles, 13 de julio de 2011

    Pepe y Felipe


    -El alma tenías
    tan clara y abierta,
    que yo nunca pude
    entrarme en tu alma.
    Busqué los atajos
    angostos, los pasos
    altos y difíciles...
    -Lo ves Pepe, todo lo que escribo está muerto, sin vida, no tiene fuerza ni sentimiento alguno.
    Pepe, que fumaba en la oriental pipa de Felipe, daba lentas bocanadas; y lentos pensamientos, en un mundo interior, de opiáceos exógenos. Mientras, escuchaba a ralentí a su abatido amigo y colega.
    -Hombre Felipe, yo creo que la poesía es buena…
    -¡Calla! No me vengas tú también con falsas adulaciones. Ya tengo bastante con mi abnegada esposa. Menos mal que tenemos esta maravillosa pipa, que nos abrirá la mente a un mundo sin dolor.
    Ambos tertulianos siguieron fumando la pipa de la “paz”, mientras hacían reflexiones trasnochadas y revolucionarias, sobre la realidad de su país, y su Valencia de los años 20. Como la conversación les llevaba por derroteros de frustración, Pepe, no sin un enorme esfuerzo para su adormecida mente, propuso a Felipe ir a su casa a mostrarle su nueva adquisición.
    Llegaron a una casa señorial, con jardín, y nada más entrar, Pepe llevó a su invitado al sótano. El lugar estaba bien iluminado y contaba además con un cuarto donde Pepe revelaba sus fotos. Afición, que había convertido en pasión.
    -Está allí. –Le indicó.
    Y Felipe encaminó sus pasos, hacía un artefacto de moderno acabado. Era un proyector Pathe Baby. Pepe, colocó una silla más junto al sillón que ya había, y le dijo a Felipe:
    -Ponte cómodo, mi anarquista amigo.
    El proyector comenzó a emitir unas silenciosas imágenes, de mujeres vigorosas, en comprometidas posturas, y escasa vestimenta.
    -¿Cómo has dicho que se llama el proyector Pepe?
    -Pathe Baby, es francés.
    A lo que Felipe contestó, intentando que no se le callera la pipa:
    -Menos mal, que existen los franceses.

    jueves, 30 de junio de 2011

    Poema de León Felipe



    TORRES ( Poema de León Felipe)



    esculturas de giacometti


    HOMBRES
    sobre hombros
    de otro hombres;
    Hombres
    con hombros
    para otros hombres;
    Hombros,
    Hombres,
    Hombros...
    Torres.
    Un día ya no habrá estrellas lejanas
    ni perdidos horizontes.




    León Felipe( Tábara, Zamora ,1884)