Dos conchas, una caracola y una estrella; fui a pescar, y eso es lo que traje. Mi primo con el arpón y dos litros de calimocho en el cuerpo, trajo un ejemplar de catorce kilos de peso. Yo que me había levantado a las cinco y con el alma hundida en una profunda insolación, tuve que resignarme a irme a casa con semejante morralla y no menos envidia. Eso si, la sorpresa de la postal dentro de la concha más grande, no tuvo precio, y tampoco se la enseñé a nadie.
Salva
1 comentario:
Muy tú,me ha gustado la sorpresa, era inésperada.
Mo
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