jueves, 24 de junio de 2010

Como ser feliz sin dejar de ser Mona 5

-Cariño, mañana es tu día de descanso en la pensión, así que esta noche tienes que conocer Madrid. Tu tranquila te vienes conmigo y te presento a unas amigas mías. Yo tengo que trabajar, por lo menos unas horitas, y luego me iré a la pensión a descansar este cuerpecito para que tu tita me vea cumplir mañana. Ven cielito no te sueltes de mí.
Las dos nuevas amigas paseaban por la Gran vía, cogidas del brazo encontrándose la una a la otra. Cristal tenía una amiga no contaminada, de corazón aún puro, alguien que aún no se había endurecido, que aún no había traicionado a nadie, que aún no había engañado a una pareja, que aún no conocía el relamer de la culpa cuando la esperanza ha abandonado por completo tu corazón. En ella veía una renovada esperanza, ansiaba impregnarse de esta al tiempo que enseñaría a Mona a zapatear en las tablas de la vida. Mona, contemplaba las luces y el tráfico de la gran urbe mientras hallaba refugio en su peculiar amiga, el único rinconcito de seguridad que tenía. El frio acarició sus pieles, se acercaron entre risas, estrujándose y dándose calor. Doblaron enseguida para meterse en la calle Desengaño, zona de prostitución callejera o como Cristal le gustaba llamarlo: su oficina.
-Ven mi amol, te presento a mi princesa, Carla.
Se acercó al oído de Mona y le dijo: -Es una loba cariño, no te separes de ella y aprenderás mucho esta noche.
Carla era una chica preciosa, vestida de forma un tanto harapienta, pero bajo esas ropas deshilachadas y ese bolso lleno de descosidos, había una figura esbelta, hermosa y joven con una mirada penetrante y lasciva.
-Hola princesa, yo soy Carla.
Cristal se echó a reir y dijo: -Por eso la llamo princesa, a todas nos llama así.
-Ni caso cielo. Bueno esta noche tengo la regla asín que no puedo trabajar. A lo luego, tu y yo, ¡nos vamos a ir de fiesta!
Cristal interrumpió: seguro que cuando llegues a casa te metes la escoba por la raja, jajaja, ni una noche vas a poder aguantar sin ventilarte los bajos, guarra.
-Calla puta, menuda imagen le vas a dar de mí a Mona.
Las dos viejas amigas y otras figurantes que estaban de fondo, rieron a carcajadas mientras Mona, estupefacta, intentaba seguir el ritmo de la conversación sin perder la sonrisa.
-Bye mi niña, diviértete.
Cristal le dio a Mona un dulce beso en la frente y se despidió de ella. Carla cogió a Mona de la mano y se dirigió de nuevo a la Gran vía, dando saltitos que Mona, no tuvo más remedio que imitar…
-Vamos a Callao. Verás cuanto niño guapo y bien vestido nos encontramos, un meneíto de cadera y tenemos las copas pagadas toda la noche. Y luego nada de abrirte de piernas la primera noche que estás en la ciudad ¡eh! Hoy tienes suerte, como estoy con la regla me controlaré y me quedaré contigo cielo.
Carla era pelirroja con los ojos verdes, guapa era decir poco, y sensual, muy sensual. Mona no podía dejar de observarla embelesada como hizo antes con Cristal…
-Sois todas… prostitutas.
-Si cariño somos putas. (Dijo con sinceridad rendida).
-Pero tú eres muy guapa, podrías trabajar de modelo u otra cosa.
-Hay mi princesa… pero soy muy puta, que le vamos a hacer. No puedo estar sin follar o me pongo mala. Además eso de las altas esferas no es para mí. Ven entremos en ese antro.
Maestra y aprendiz entraron en un pub lleno de chicos con traje chaqueta. Carla soltó la mano de Mona y se acercó con paso grácil a la barra, dejando caer su bolso sobre el brazo de un apuesto joven. Mona se sintió observada al tiempo que no quería dejar de observar a Carla. Aquel chico enseguida se giró para disculparse ante Carla. Ella haciéndose la distraída para disimular su acercamiento evitaba también la mirada del camarero. No pediría hasta que su presa la invitara… Mona esbozaba una profunda sonrisa, disfrutando de la destreza de Carla. Aquel chico ya estaba hipnotizado y Carla, le estaba haciendo señas para que se acercara. El joven las invitó a ambas a sendos Gin tonic Bombay Sapphire preparados en su vaso de balón, con su limón lamiendo el borde de la copa. La música de jazz hacía lo propio en sus oídos.

(Salva).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Valiente! al fin estamos rompiendo los miedos.La historia continua...
Mo