miércoles, 23 de junio de 2010

Betsy

Conducía lentamente por la carretera. La ruta 66 quedaba detrás de las colinas de la izquierda y comenzaba la nada más árida. Kilómetros y kilómetros de nada seca, polvorienta, bajo un sol implacable y esa luz obstinada que te obliga a deambular con los ojos semicerrados, dejándote una fea mueca de asco. Después Kayenta.
Le dió un buen trago a su cerveza fría mirando en dirección a la nevera portátil que había acomodado en el asiento del copiloto.

-Todavía me quedan tres …¡maldito calor!.

Pequeñas gotas de sudor se descolgaban hacia sus ojos y le obligaban a pasarse la botella fría por su frente y sus mejillas. Después le daba un trago corto, llenándose de espuma el resto de la botella. Sus gruesas gafas negras de pasta hacían sudar el puente de la nariz. La radio ponía viejas canciones de Hank Williams y Patsy Cline. Aflojó su corbata. Sin darse cuenta empezó a cantar las melodías, y eso le hizo sentirse mejor, casi contento. Por un momento olvidó el revólver que le apretaba las costillas.

- I'm going home, i'm going home…

Se acercaba a Kayenta. Necesitaba algo de comida para la cena. Apretó sus bolsillos del pantalón y se acordó de que había salido sin dinero de casa, sólo disponía de unas cuantas monedas.

- Caramba! Espero no tener que usar a Betsy una segunda vez…, pensó mientras sentía la culata de madera en su costado, recordando cuando Margaret se la regaló, en su décimo aniversario de bodas. Poco tiempo después murió, dejándole tan solo…

El Cadillac estaba funcionando perfectamente, haciendo el viaje de vuelta muy confortable, con la suspensión tan alta parecía que iba en un barco. ¡Que buen trabajo había hecho Ron, el viejo mecánico, con este trasto! Lástima que ya no lo vaya a usar más…

- Bueno, quince kilómetros tampoco se puede considerar un viaje largo,¡de joven los hacía en bicicleta sin sentir cansancio! Se dijo con orgullo.

Lo peor era el calor, no lo aguantaba. El calor le trastornaba bastante desde que cumplió los setenta.

- Y esta maldita memoria me falla a menudo, reflexionó en voz alta. Nada peor para un contable que no recordar los números, se quejó lastimosamente.

Entonces escuchó lejano el sonido de una sirena de policía.

- Hum…debe haber jaleo en Kayenta. La úlcera de Bobby debe estar a tope (pensó mientras imaginaba al obeso sheriff resoplando y corriendo de aquí para allá con su natural incompetencia). Al hacerlo se le escapó una tremenda risotada.

Pero a Mike O´Hara se le ensombreció el rostro de inmediato. Percibió que el sonido de la sirena era cada vez más audible. Venía en su dirección. Ya se habían enterado.

- Bueno, y qué?. Se lo merecía. 20 años trabajando para él, llevando la contabilidad de todas sus empresas, ocultando sus chanchullos, sus líos con jovencitas, llevando a su mujer a ver a sus parientes, a sus hijos a los partidos de béisbol. ¡Si era prácticamente su esclavo! gritó enfadado.

¿Cómo pudo decirme eso? Después de tantos años de fiel trabajo me echó a la calle sin ninguna contemplación…
“Lo siento, Mike. Ya no me sirves, eres viejo para esto. Vete a casa. Podrás ir de pesca o hacer lo que te venga en gana” me dijo. Pues vaya que lo hice…

El viejo Mike regresó entonces a casa, sacó a su olvidada Betty del cajón de la cómoda y se dirigió de nuevo hacia la mansión del adinerado señor Flint. Saludó a Loreta cuando cruzó el impresionante umbral y, mecánicamente, sus pasos le llevaron al despacho de Frank.
Mientras caminaba sobre las lujosas alfombras su mente recordaba una frase con inmaculada claridad. Una frase que escuchó en una ocasión:
“Intento descifrar varias incógnitas en la simple ecuación que marca el día.
Y despejo la X”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de escribir un comentario y ha desaparecido...bueno como te decía tienes una capacidad tremenda para meterte en la piel de los personajes, en el paisaje, en el pensamiento sencillo y profundo...sabe mucho a Mar.!me ha gustado mucho¡
Mo

Anónimo dijo...

¡estupendo Mar! tienes una capacidad tremenda para meterte en los personajes, en el ambiente...y siempre tiene ese transfondo de mar.
Mo

TERTULIADISPERSA dijo...

jajajajaja me gusta la última frase... La ambientación es muy buena, casi puedes respirar el olor a sudor de Mike. También he percibido tu sello en algunas expresiones como: "Poco tiempo después murio, dejandole TAN solo..."
I like it
Salva

Dr.Magenta dijo...

Me ha encantao Loreta... muy carretera perdida, muy sureña...