El coronel George Taylor estaba en un parking bebiendo con unos amigos. Estaban en pleno botellón y se estaban quedando sin hielo. George, borracho como una cuba, había conseguido una bolsa de hielo y de regreso al bebercio, utilizaba el móvil a modo de GPS para triangular la fiesta. Infructuoso, llegó a un bosque donde según su GPS estaba ubicado el botellón. Buscaba y buscaba. Gritaba desesperado pero no lograba encontrar a sus amigos; solo algo de basura aquí y allá. Entonces, tuvo lo que los alcohólicos llaman un momento de lucidez, hincó las rodillas en el suelo, y gritó entre sollozos:
-Malditos, malditos. Os lo habéis bebido todo.
Pablo.
-Malditos, malditos. Os lo habéis bebido todo.
Pablo.
3 comentarios:
Me encanta ese homenaje al clasico, jajjaj... muy bueno Pablo...
A mi también me ha gustado el tuyo, y me he reido un rato. jeje dos homenajes a un mismo clásico. Más madera!! Solo falta el de Román...
nos vemos esta tarde, a ver lo que se nos ocurre...
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