lunes, 8 de noviembre de 2010

CoMO sER FeLíZ siN dEJAR De sER MoNA 20


Tras el sonado incidente, no tardó demasiado tiempo el volver la tranquilidad a la pensión. Aquel furtivo tiro, silenciado a golpe de talonario, pasó a formar parte de los recuerdos acumulados en el ya centenario establecimiento. Fueron días de recogimiento impuesto al son de los primeros fríos.
Mona, en un eterno y continuo aprendizaje, seguía trabajando en todos los quehaceres que su exigente tía le imponía, y que apenas le dejaban tiempo para ella.
Tampoco Cristal era la misma, la llegada de una carta certificada a su nombre de ignorado contenido, había sumido a la dicharachera criada en una desconcertante ausencia. Ni siquiera la insistencia de Mona, consiguió sacarle de tan preocupante letargo, del que tan solo Mona pudo sacar una información. La carta procedía de Medellín, Colombia.
Tampoco tía Lita tuvo una buena semana, pese a una ardua labor de acercamiento por parte de su sobrina Mona. Habían pasado casi 3 semanas desde su llegada a Madrid y la comunicación entre ambas seguía siendo nula. Ante tanta soledad, Mona decidió refugiarse en los brazos de la melancolía al tiempo que, sin perder la esperanza, continuaba esperando tener noticias del marques.
Doc

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