sábado, 15 de mayo de 2010

Muerte en el callejón II



La trallada que solté antes de entrar, no me ayudó a ganarme el respeto del novato, pero con lo nervioso que era tampoco iba a influir demasiado. El efecto del burbon desaparecería del todo en breve.
Entramos en el local, luces tenues para que los clientes no pudieran distinguir las señoras feas de las muy feas. Me acerqué a la barra para pedir una botella de agua mientras la cara de pánfilo del novato atraía a las más juguetonas. La Madame vino enseguida, por su mirada supe que era una mujer curtida por las tablas de la vida, y que no necesitaba tarjeta de presentación para saber, de modo que oculté nuestra profesión y pregunté:
-Verá, aquí le traigo a mi sobrino para que me lo espabile un poco, ¿comprende? Me han dicho que Marissa podría darle un buen servicio.
La mujer me miró de arriba abajo sin creer una sola palabra de lo que le decía y continuó:
-¡Ah! Si si, además está libre ahora, si es tan amable dígale a su sobrino que me siga.
El chaval acojonado me dijo que de que iba todo esto, yo le dije que subiera y le sacara toda la información que pudiera a Marissa a base de polvos, y que se callara la boca de una puta vez. El chico obedeció de mala gana y yo me quedé en la barra con mi botellita de agua observando y esperando. Llevar a un compañero, por muy atontado que estuviera, me iba a venir bien al fin y al cabo. Algo me decía que aquella puerta, la del fondo del pasillo, la que llevaba observando desde que me senté en este taburete, escondía algo más que otra habitación. De estar equivocado, al menos mi compañero, nervioso pero bien recomendado, preguntaría a Marissa por la chica del muelle y ella… le relajaría. Cuando la Madamme volvía de acompañar al novato, la vi entrar por aquella puerta. Media sonrisa y un Winston, aparecieron en mi boca.
Al cabo de unos 20 minutos vi salir por aquella puerta a tres tipos, uno de ellos muy bien vestido y los otros dos con cara de pocos amigos. Había habido suerte, algo se tramaba en aquel lugar y si mi compañero no se retrasaba, lo averiguaríamos. Estuvieron en el otro lado de la barra charlando y riendo entre ellos, echando el humo de sus cigarrillos con la boca mientras sus ojos me miraban desafiantes. Le dijeron algo al camarero y salieron del local. Mi compañero bajó, claramente más relajado, y me dio un papel donde había anotado un número de teléfono que le dio Marissa.
-Buen trabajo chico, cuando esta noche acabe te dejaré que me invites a un trago, o a un alka-seltzer, ya veremos. Han salido tres tipos, sigámosles.
Salimos de allí, yo con mi botella de agua y mi compañero con un poco de nostalgia. Les vimos a lo lejos, a unas 2 manzanas; cuando doblaron la esquina fuimos hacia ellos. Al llegar, maldita sea mi suerte, nos estaban esperando. Los dos secuaces tenían las manos por debajo de la chaqueta, y el trajeado empezó a preguntarnos cual era nuestro interés por Marissa. Voz firme, tono suave y acento ruso; nada comparado con el pedazo de cañón que uno de sus hombres sacó de repente de su axila. Grité:
-¡Adam!
Era la primera vez que llamaba al novato por su nombre. Arrojé la botella de agua a la cara del trajeado, me llevé la rodilla derecha al pecho al tiempo que llevaba la mano a ese tobillo, accioné mi arma secundaria e impacté en el pecho del hombre del cañón. Caí al suelo y mi compañero y don traje caro sacaron sus armas, el segundo secuaz dio a mi compañero, yo alcancé al trajeado y me revolví para evitar los disparos del que quedaba, con el arma ya fuera de la funda, cruzamos unos cuantos disparos, hasta que por fin lo tuve enfilado y le alcancé un par de veces. Confirmé que los tres estaban muertos y fui hacia mi compañero; dos respiraciones entre-cortadas y luego nada. No eran ni las 2 de la madrugada y ya habían 6 cadáveres en la ciudad.
Mientras oía las sirenas de la policía, miré el pedazo de papel con el número de teléfono, y eché otro vistazo al rostro de mi compañero. Con la mano temblorosa… eché mano de un pitillo… y le prendí fuego.

4 comentarios:

Estoy dijo...

Escribir metido en la piel de otros supone tener una capacidad especial y Salvador la tiene.
¡fantástico!...continua escribiendo

Dr.Magenta dijo...

Ahora le toca a chelo mover ficha....

TERTULIADISPERSA dijo...

Gracias gracias. Tranquilos ya le metí caña a Chelito para que la cosa no decaiga :)
Salva.

TERTULIADISPERSA dijo...

Por cierto la foto, me ha venido como anillo al dedo, (perdón por la frase manida). Ha representado exactamente lo que tenía en mente :)
Salva.