martes, 18 de mayo de 2010

Pañuelo rojo


Allí estaba ella, la loca de la casa… inquieta.. reia sin parar, sus movimientos eran incesantes, bailaba, saltaba de sofá en sofá… era como una niña que iba a hacer una nueva travesura .
Llevaba uno de esos grandes pañuelos que las mujeres utilizamos para tantas cosas …y que con un movimiento de manos puede convertirse en infinidad de objetos diferentes… un vestido, un sombrero , una alfombrilla donde hacer yoga, una mantita para dormir la siesta o algo donde agarrarte cuando te sientes sola o perdida.
Ese día lo llevaba puesto en el cuello para dar color a su cara, se sentía más atractiva con el , y eso parecía darle la seguridad que necesitaba ante una cita inesperada…
El deseo ocupaba todo el aire
ella con su ancestral disimulada timidez, se quitó rápidamente la ropa... si no lo hacía así, le resultaría imposible hacerlo más tarde…, con la misma rapidez … en un instante, su cuerpo estaba cubierto con la piel suave de su pañuelo .
Así comenzó el encuentro…
Se despojaron de sus pieles de colores y dejaron fluir el calor de su propia piel .

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