viernes, 14 de mayo de 2010

Balcones

Los balcones, son funcionales a la par que bonitos. Son imprescindibles, al menos para mí. El bacón, te informa, te enseña, te divierte y en ocasiones sirve como refugio a las emociones más intimas.
Andaba yo disfrutando de una tarde de verano, es decir perdiéndola delante del ordenador con un ventilador a dos palmos de la nariz, cuando de repente un sonoro estruendo me despertó de mi efímero duermevela. Rápidamente escapé de mi zulo y me asomé el balcón, donde pude comprobar que realmente el estruendo estaba justificado. Un vehículo le había pegado un golpe a una moto, dos jóvenes heridos, tendidos en el suelo. Nada grave digno de arrancarme de la pantalla de mi ordenador, a no ser por otro espectáculo que paralelamente se estaba desarrollando bajo mí casa. Aquel bacón era como un palco en el Liceo.
Frente a mi un gran espectáculo, un autentico panal de balcones se erguía orgulloso haciendo frente al tiempo.
Cada bacón era un mundo, es un mundo. En cada bacón hay una historia digna de ser escuchada. Asomaros al bacón o ventana de vuestra casa y ejercer durante unos minutos de improvisados voyeurs dignos de ser dirigidos por el mismísimo Alfred Hitchcok. No os quedeis con lo superficial, atravesar esa capa de cemento e inventar su vida durante unos minutos.
A mi izquierda, una anciana en combinación, recriminaba a su marido el hecho de salir al bacón así, en calzoncillos, además de los auténticos, los de pata de elefante.
En el balcón de al lado, tuve que hacer grandes esfuerzos para conseguir ver a una pareja de ecuatorianos que apenas llegaban a la barandilla.
Al otro lado, y presididos por un cartel ya descolorido del “No a la guerra” dos melenudos se pasan un porro con discreción.
Frente a ellos y como si de un concurso de balcones adornados se tratase y protegidos por una bandera del arco iris, una pareja gay (uno de ellos no deja de hablar por el móvil) contempla el singular espectáculo con corrección, una políticamente correcta corrección.
El bacón de los chinos también es un mundo, mientras observan con atención no paran de trabajar doblando los manteles que tienen colgados en un balcón reconvertido en espontáneo lavadero.
Por supuesto no podía olvidarme de un personaje imprescindible en toda coral de balcones, por supuesto él autentico tío paco con barriga cervecera y pantalones cortos con estampado a flores, sandalias y lo más importante con algo en la mano derecha. Un tío paco se aburre en vacaciones y tiene que hacer cosas, nos se... hacer paellas, hacer reformas en la casa, quitar los rastrojos del jardín...no importa, hay que ponerle algo en la mano para que se entretenga, mejor que no piense. A falta de deportes televisados cualquier balcón es bueno.
Por último y a escasos metros de mi edificio tres aspirantes a yoco Ono, comparten metro y medio de barandilla y 70 m2. Imprescindible una bicicleta en el bacón. Del interior de la vivienda surge una música espantosa que supuestamente tendría que relajar pero que en realidad estresa. Los únicos momentos en los que no se escucha la música es cuando su perrito Lennon estaba ladrando como un poseso, Lennon es feo y lleva un pañuelo al cuello, ah y no tiene correa porque a ellas les parece castrante.
El tiempo ha pasado volando y cuando me he ido a dar cuenta , los habitantes de los balcones, volvían a su vida de comedor y mando a distancia. Y de repente estoy aquí, escribiendo.
Asomaros a vuestros balcones, y decidme ¿qué es lo que veis?

3 comentarios:

Salvador Gil dijo...

Olé Dr, olé, t voy a tener q hacer la ola x la foto de La ventana indiscreta. :)

Dr.Magenta dijo...

IGNORAABA SU DEVOCION por el maestro del suspense...

TERTULIADISPERSA dijo...

Parece ser que lo nuestro es mirar, observar, verrrrrrrrrrrrrrr
me gusta mucho, me parecen muy interesantes tus balcones