miércoles, 5 de mayo de 2010

El Agujero

Era asombrosa y de todo se asombraba, era como si desde su gran altura pudiese ver todo lo que ocurría en su mundo.
-quizás su mundo solo había sido una invención o una visión desde la altura.
Encontró en su camino a personas especialmente maravillosas, eran generosas, soñadoras, ilusionistas e ilusionadas, eso le gustaba, hacían que se sintiese viva ya que debido a su altura creía estar fuera del mundo.
Un día a muy temprana edad alguien le dijo que había perdido la risa, solo años más tarde se dió cuenta de esa verdad y comenzó a pensar en su vida, en la que creía no haber vivido. Descubrió que la decepción, el dolor, la injusticia, la mentira, el desamor y tantas y tantas situaciones vividas habían ido restando su risa, convirtiéndola en sonrisa para llegar a ser una mueca, se preguntó si realmente era ella o era un sinfín de mascaras que había ido colgándose a lo largo de la vida, quizás era eso pensó.
Y que había debajo....... ¿quien era realmente? si es que en verdad existía.
Se le ocurrió bajar de su altura, quizás así podría descubrir lo que para ella estaba tan lejano, no era fácil, su curiosidad era tremenda.
Hizo un agujero en la playa, se metió en el, solo le sobresalía la cabeza y los brazos y desde allí comenzó una nueva vida. Veía los pies de los niños correr, las olas que se acercaban y retornaban al mar, sentía el viento con olor a salitre, oía los movimientos de las olas, se escuchaban palabras difíciles de entender. Sintió la arena en su boca y vió con nitidez los distintos colores del agua, nunca en su larga y alta vida había descubierto lo que ahora le resultaba tan sencillo. Empezó a mover sus manos, la arena , húmeda, suave, brillante...sintió un placer desconocido y empezó a construir un pequeño camino por donde el agua llegaba hasta ella. Con la arena mojada podía crear formas, los niños con su gran curiosidad acudían y juntos modelaban formas y hacían caminos por donde el agua llegaba a ella, reía y reía, volvía a sentir la vida.
Llegó la noche, todo el universo estaba a su alcance. Se quedó dormida.
Al despertar sintió que sus piernas habían desaparecido, estaba sumergida en el mar y empezó a entonar una canción como solo las sirenas son capaces de cantar.
Mo

2 comentarios:

Dr.Magenta dijo...

Sabes angeles? he vuelto a leer el texto y aparte de que me ha gustado más, lo veo muy tu.
Esa niña, el mar.... siempre me han fascinado las sirenas.

TERTULIADISPERSA dijo...

Ya sabes...la vieja sirena...un homenaje a J.L. Sampedro