Somos muchos los que nos hemos criado o mejor dicho malcriado bajo los acordes de aquella bonita canción de La Lupe:
- teatro, la vida es puro teatro.
En ocasiones, este, el teatro nos sale al encuentro y no precisamente en un patio de butacas, en un escenario. La vida, como decía La Lupe es puro teatro y muchas veces nos sale al paso en una esquina, en la barra de un bar o en la cola del banco.
El pasado sábado sin ir mas lejos tuve oportunidad de vivir un gran momento, un momento lleno de teatro o lo que es mejor, lleno de vida.
Curiosamente y apenas un par de horas despues de asistir a una representacion teatral en un pueblo cercano a valencia, el teatro salió a mi encuentro y no en una moderna casa de cultura, ni bajo los focos de un escenario.
Tan solo un par de horas después el teatro se cruzó frente a mí en la barra de un sucio bar. Y allí apoyado en esa barra, no solo lo viví, sino que interactué y terminé entrando en la representación.
Eran cerca de las 2 de la madrugada y decidimos después de salir del teatro y cenar, tomar un café. Todo, excepto los pubs estaban cerrados,.De camino, Pedro, un amigo, recordó que a un par de manzanas había un bar que estaba abierto toda la noche, el sandra´s.
Hacia allí nos dirigimos con la mirada firme y las manos en los bolsillos. .
No era la primera vez que tomábamos algo allí. El Sandrás es uno de esos bares llenos de vida en los que las historias que allí se viven son proporcionales a la cantidad de mierda que se acumula en los cristales. Somos verdaderos fans de estos establecimientos.
Una rápida ojeada nada mas entrar me situó de inmediato, en la mesa mas separada había asentados un par de árabes hablando muy bajito envueltos en una nube delictiva que disimulaba los tejemanejes que se traían por debajo de la mesa.
Un poco mas cercanos había un grupo de sudamericanos que ahogaban las penas del sábado noche con cerveza mientras compartían conversación con una mujer ya entrada en los 70 que se hacia compañía a ella misma en una mesa situada justo detrás de nosotros que consumíamos en la barra..
Bastaron unos segundos para que mi amigo Pedro con un leve movimiento de cejas me indicará el objetivo a descubrir. Demasiado tarde, somos fans de este tipo de bares y sobre todo somos fans de su clientela. Aquella mujer estaba pidiendo a gritos un monologo. El caso es que no se hizo esperar, cuando termino de darles la receta de pollo a la cordobesa a la mesa de los sudamericanos se giró hacia nosotros y dirigiéndose a mi amigo comenzó a hablar en voz alta.
Oye guapetón, no me des la espalda que estoy aquí, que tienes cara de ángel, tesoro, vida mía…
Pedro, que no se corta un duro, le contesto:
- vaya `pues muchas gracias por el piropo, se agradece.
Oye, le dijo ella ¿estas casado?
No le contestó mi amigo
Ayyy grito la señora al tiempo que se levantaba de la silla dando palmas con las manos.
Oye guapetón, que sepas que estoy soltera y sin compromiso.
Hasta entonces yo permanecí atento a la representación en ese momento teatro que tanto estaba disfrutando.
Oye, oye…. Guapetón, soy cordobesa…
Una ciudad muy bonita le dijo mi amigo. Yo hice la mili allí, en Cerro Muriano
Y el también, le dijo al tiempo que me señalaba, metiéndome de golpe en escena.
De nuevo la euforia se desataba en un momento muy Berlanga en el que la señora se volvió a poner de pie dando gritos al tiempo que decía al camarero.
- Manoolo, estos dos hicieron la mili al lao de mi pueblo.
En el fervor de la fiesta hubo un momento en el que la señora no reparó en que mi amigo se metía en el water. Servidor se dio la vuelta discretamente, pero demasiado tarde, ya me había convertido en un personaje mas de la función.
Así Mientras charlaba en la barra con una amiga que nos acompañaba, empecé a escuchar:
- Oye, oye guapo que a ti no te he dicho na, no me des la espalda hombre…
Que remedio. Me giré y saludé. Hola
Hola guapetón, me contestó, ayyyy esa perilla que me quita el sentio
Perillita, perillita… me dijo, ustedes dos (señalando a la amiga con la que estaba hablando)
No, le dije yo, somos amigos.
De nuevo la euforia se apodero de ella y comenzó a jalear y dar palmas.
- Ay que alegría mas grande, ¿Dónde esta tu amigo? Digo que me quedo con los dos, que os voy a comer too decía con sinuosa voz al tiempo que dejaba rozar su lengua de sinuosa forma por entre los dientes, mas concretamente entre los tres dientes, que eran los que tenía…..
Ya mientras pagábamos se volvió a dirigir a mí de nuevo:
- Perillita, oye perillita puedes venir, me dijo
Una vez me acerqué a la mesa, ella me cogió la mano y en voz baja, casi susurrando me dijo:
- te puedo hacer una pregunta en serio…¿tienes mujer?
Si, le dije muy serio.
Ella cambio inmediatamente la expresión de su rostro, se puso seria y me dijo:
- Que sepas que me has tocao, te has quedado clavada en mi corazón y perdona si te he molestao.
NO pasa nada le dije mientras intentaba contener la respiración para no sucumbir victima del olor a cazalla que salía de su boca. (Además para una vez que me echan un piropo)
Adiós perillita.
Adiós. Por cierto le dije yo:
¿Vienes mucho por aquí?
1 comentario:
Me gusta escuchar estas historias...
no tienen fin...hacen que la imaginación se ponga en funcionamiento.
mo
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