jueves, 15 de julio de 2010

despertar de un domingo en la playa



De súbito han entrado los niños en el dormitorio....abuela, abuela he escrito un cuento...y allí estaba Inés leyéndome el cuento titulado "luz centella"...una niña que al fin conseguía lo que más le gustaba del mundo, en este caso las golosinas.El final  fantástico...cuanto contado ya se ha acabado.
   Después de este grato despertar he ido a desayunar, antes he comprado el Pais, un artículo en el que lo que más me ha interesado es la siguiente frase que transcribo literalmente:
"cuando era niño quería cambiar el mundo. Cuando era joven quería cambiar mi país.cuando era adulto quería cambiar a mi familia. Y ahora que soy anciano y que estoy a punto de morir, he comprendido que si hubiera cambiado yo, habría cambiado todo lo demás".

    llega un  monento en nuestras vidas en la que los miedos y las carencias marginan nuestros sueños haciéndonos sentir unos miserables....si optamos por continuar con una vida construida por las normas preestablecidas , la gente que nos rodea cree erroneamente que somos felices, la realidad es otra, nos vamos alejando de nuestra verdadera esencia y nos convertimos en alguien que no somos con las consecuentes frustraciones.
   Cuando sabemos quienes somos, de dónde  venimos, y descubrimos dónde queremos llegar, estamos preparados para decidir  hacia dónde queremos ir ,escuchando nuestra voz interior,nuestra intuición y nuestro corazón ...solo hace falta una cosa...un proposito...ser lo que uno quiere ser, con valentía, sin miedos,con esa fuerza interior que nos empuja..y si no la hemos encontrado ...a por ella...todo es posible..solo depende de uno mismo, podemos ser lo que nos propongamos si lo hacemos seriamente.

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