De poco o nada le había servido a Manuel, salir media hora antes de la oficina. Una vez en el coche, recordó el encargo que su esposa le había hecho y tuvo que cruzar la ciudad para recoger el vestido que la pequeña Angela luciría en su sexto cumpleaños.
Angela era su debilidad y se notaba, por mucho que se esforzase en que esto no ocurriese delante de Víctor, su otro hijo.
- Cariño, no me esperéis a cenar, tengo trabajo y acabaré tarde. Dijo Manuela al teléfono, al tiempo que con su coche intentaba encontrar un hueco donde poder aparcar.
- Hola lidia, saludo con desgana a la camarera que en ese momento reponía las bebidas en la nevera de la barra.
Apenas le quedaban diez minutos, con destreza se deshizo de su portátil y del portafolios que llevaba en la mano y se sentó frente a su mesa. Un bonito marco con la foto de Ana y los dos niños la presidía.
- Aquí tienes, dijo Lidia mientras le dejaba un poleo menta sobre la mesa.
- El traje lo tienes en el armario, lo trajeron esta tarde de la tintorería.
- Gracias, respondió Manuel al tiempo que contestaba el teléfono que no dejaba de sonar. Era su pequeña, una enorme sonrisa se instalo de forma espontánea en su rostro.
- Si tesoro, ya he recogido tu vestido, ahora papa te tiene que dejar que tiene mucho trabajo, contestó sin poder esquivar la mirada de aquella bonita fotografía.
- Cinco minutos, grito Lidia al otro lado de la puerta.
Rápidamente Manuel se levantó de la silla para empezar a prepararse. Colocó su mp4 en los altavoces mientras se quitaba la camisa.
Soy esa fiebre de tu ser
Que te domina sin querer,
Soy lo prohibido….
Soy lo prohibido, pronunció con su cara reflejada en el espejo al tiempo que comenzaba a maquillarse.
Soy ese nombre que jamás
Fuera de aquí pronunciaras….
De ceremoniosa forma, Manuel comenzó a ponerse las pestañas postizas que con delicadeza había dejado encima de la mesa, ahora llena de maquillajes, collares y abalorios.
La oscuridad se hizo fuerte en aquella pequeña sala de fiestas mientras una voz en of anunciaba en la penumbra:
Señoras y señores, con ustedes, la voz, la presencia, el misterio hecho mujer, lo prohibido…. Samantha
Angela era su debilidad y se notaba, por mucho que se esforzase en que esto no ocurriese delante de Víctor, su otro hijo.
- Cariño, no me esperéis a cenar, tengo trabajo y acabaré tarde. Dijo Manuela al teléfono, al tiempo que con su coche intentaba encontrar un hueco donde poder aparcar.
- Hola lidia, saludo con desgana a la camarera que en ese momento reponía las bebidas en la nevera de la barra.
Apenas le quedaban diez minutos, con destreza se deshizo de su portátil y del portafolios que llevaba en la mano y se sentó frente a su mesa. Un bonito marco con la foto de Ana y los dos niños la presidía.
- Aquí tienes, dijo Lidia mientras le dejaba un poleo menta sobre la mesa.
- El traje lo tienes en el armario, lo trajeron esta tarde de la tintorería.
- Gracias, respondió Manuel al tiempo que contestaba el teléfono que no dejaba de sonar. Era su pequeña, una enorme sonrisa se instalo de forma espontánea en su rostro.
- Si tesoro, ya he recogido tu vestido, ahora papa te tiene que dejar que tiene mucho trabajo, contestó sin poder esquivar la mirada de aquella bonita fotografía.
- Cinco minutos, grito Lidia al otro lado de la puerta.
Rápidamente Manuel se levantó de la silla para empezar a prepararse. Colocó su mp4 en los altavoces mientras se quitaba la camisa.
Soy esa fiebre de tu ser
Que te domina sin querer,
Soy lo prohibido….
Soy lo prohibido, pronunció con su cara reflejada en el espejo al tiempo que comenzaba a maquillarse.
Soy ese nombre que jamás
Fuera de aquí pronunciaras….
De ceremoniosa forma, Manuel comenzó a ponerse las pestañas postizas que con delicadeza había dejado encima de la mesa, ahora llena de maquillajes, collares y abalorios.
La oscuridad se hizo fuerte en aquella pequeña sala de fiestas mientras una voz en of anunciaba en la penumbra:
Señoras y señores, con ustedes, la voz, la presencia, el misterio hecho mujer, lo prohibido…. Samantha
1 comentario:
la informática especializada no puede escuchar la canción de la historia, necesito otro curso intensivo.
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