Mona saltó de la cama como si de un resorte se tratase, no sin antes advertir que si efectivamente alguien vigilaba al otro lado del patio de luces parapetado tras un enorme teleobjetivo. Dios mió, pensó acurrucada en un rincón de la habitación, lejos ya del punto de visión de la cámara de fotos…. Reparó entonces en que allí sentada en el suelo de la habitación, algo presionaba sus nalgas. Desconcertada observo un bulto que sobresalía de la ajada moqueta de la habitación, comprobando horrorizada que se trataba de un revolver allí escondido. Con timidez lo tomé entre sus manos, pasándolas por el acero de su cañón ajena al riesgo que corría.
Aun estaba excitada por la situación, allí sentada en el suelo, todavía jadeante por el susto que le había provocado descubrir aquella imagen al otro lado de la ventana, se dejó llevar por mis sus más bajos instintos. Ajena al peligro que corría, o quizás por eso, una sensación de calor se fue apoderando de su cuerpo. Lentamente fue desabrochándose la camisa que llevaba puesta al tiempo que pasaba el cañón del revolver por su calido vientre, subiendo poco hasta recrearse con sus turgentes pezones que en cuestión de segundos habían adquirido una prominente rigidez, capaz de rayar un vidrio. Mona no podía dejar de estremecerse mientras notaba el arma como se deslizaba por su cuerpo hasta posarse en su entrepierna…. Un golpe seco la sacó de tan erótico momento, era la puerta de una las habitaciones que alguien había cerrado. Rápidamente se levantó del suelo, no sin antes esconder el arma donde la había encontrado y salir al pasillo con discreción.
Al bajar a la cocina, no dudo en acercarse a Cristal y preguntarle con ansiedad quien se alojaba en la 312.
- Ya te dije que no podías entrar en esa habitación contesto Cristal con dureza….
- Ya pero quien, quien se aloja allí, he encontrada una pistola escondida bajo la moqueta…
Cristal no le dejo acabar la frase, tapándole la boca a Mona al tiempo que le decía:
- Tu nunca, entiendes NUNCA has estado en esa habitación….
Aun estaba excitada por la situación, allí sentada en el suelo, todavía jadeante por el susto que le había provocado descubrir aquella imagen al otro lado de la ventana, se dejó llevar por mis sus más bajos instintos. Ajena al peligro que corría, o quizás por eso, una sensación de calor se fue apoderando de su cuerpo. Lentamente fue desabrochándose la camisa que llevaba puesta al tiempo que pasaba el cañón del revolver por su calido vientre, subiendo poco hasta recrearse con sus turgentes pezones que en cuestión de segundos habían adquirido una prominente rigidez, capaz de rayar un vidrio. Mona no podía dejar de estremecerse mientras notaba el arma como se deslizaba por su cuerpo hasta posarse en su entrepierna…. Un golpe seco la sacó de tan erótico momento, era la puerta de una las habitaciones que alguien había cerrado. Rápidamente se levantó del suelo, no sin antes esconder el arma donde la había encontrado y salir al pasillo con discreción.
Al bajar a la cocina, no dudo en acercarse a Cristal y preguntarle con ansiedad quien se alojaba en la 312.
- Ya te dije que no podías entrar en esa habitación contesto Cristal con dureza….
- Ya pero quien, quien se aloja allí, he encontrada una pistola escondida bajo la moqueta…
Cristal no le dejo acabar la frase, tapándole la boca a Mona al tiempo que le decía:
- Tu nunca, entiendes NUNCA has estado en esa habitación….
Doc
2 comentarios:
Doc la novela va teniendo matices erotico-policiaca, se pone interesante.
Vaya tela que panda de verdes estais hechos... pues yo no voy a ser menos!!
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