jueves, 14 de julio de 2011

Ecos de un retrato.

Vacío de tu ausencia en mi vida
Lenguas de fuego abrasan mis entrañas
Me descalzo de tus pasos
Zumbidos ensordecedores me atraviesan

Bella criatura, amalgama de espíritu carnal
Espejo de lo invisible, mantis de crucifijo
Reflejo del abismo, agua de manantial
Vénus a la sombra

Verde y yerta, tierna espiga al sol
Sementera de precoces deseos
Yermo terreno al desamor
intrépida libélula de vibrantes contoneos.

Suaves trazos de palabras no pronunciadas
marcados surcos de curtida trovadora
adornados lóbulos en paciente escucha
decidida e imperiosa


Ambarinos luceros de húmeda mirada
de estambres de amapola festoneados
en esplendidos nidos alojados
altivos faros claros y abiertos libros

Trémulos e inquietantes
apañan dulzura y temor
tensan cadenas de dura forja
hasta huidizos expresan amor

Candiles de mi oscuro camino
cerezas maduras
altas rocas
refugios de querencias

Aún cerrados noto su mirar
y cuando abiertos queman
mi pesar.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Aunque antes de leerla ya sabía que era tuya, creo que se reconoce tu estilo a pesar de que siempre te haya leido en prosa. Me ha gustado, muy evocadora.

Estoy dijo...

la música que suena me recuerda a Rilke y me gusta mucho.