martes, 1 de febrero de 2011

SaN ViCeNT

Comenzaba el fin de semana festejando el pasado sábado el día de san Vicente mártir, una festividad local, con epicentro a escasos metros de mi casa en la parroquia del mismo nombre donde reposan los restos del santo. Lamentablemente esta con los años e ha ido perdiendo relevancia. Recuerdo desde bien pequeño vivir este día con entusiasmo. Las falleras entrando en la iglesia a fin de venerar al santo, la banda de música, los puestos de frutos secos y golosinas que se instalaban a su alrededor, la mascletá después de la misa, etc.… Una fiesta de barrio que ha ido perdiendo interés y de la que este último día apenas ha sobrevivido un puesto de golosinas. Aun así, asistí fiel a mi cita, testeando el ambiente y comprándome una mesura de porrat y cacao y dejándome atrapar por los escasos rayos de sol que nos regaló este frió día.
Allí sentado, esperando ver salir a las falleras de la iglesia no pude evitar el evocar otras días de san Vicente que he vivido a lo largo de toda mi vida, cuando los parroquianos colapsaban la entrada a la parroquia luciendo sus galas de domingo a golpe de tabalet y dolÇaina mientras los pequeños tiraban del bolso de su madre para que les compraran cacao y porrat en alguno de los puestos que adornaban la calle. Un rotundo petardo preámbulo de la modesta mascletá con la que finalizan los actos festivos me devolvió a la realidad, al presente más cercano. Un presente sin trajes de domingo, sin puestos de frutos secos, sin madres de las que estirar del bolso para que te comprasen chuches….

3 comentarios:

Anónimo dijo...

nuestros presentes están teñidos de nuestros pasados, así somos, así nos vamos haciendo...
Desde el Bus pasé por la puerta de San Vicent y sentí algo similar...una ligera ráfaga de añoranza...el tiempo había pasado y con él muchas personas no estaban ya junto a mi.
Mo

Pablo dijo...

Observo con envidia sana, pues está impregnada de una nostalgia que no es nostalgia, y coronado por una leve sonrisa, todos estos eventos que por ajenos, ni siquiera sabía que existían...

TERTULIADISPERSA dijo...

ES lo que tiene ser de barrio...
Doc