viernes, 13 de agosto de 2010

Pura

Pura era una mujer de 36 años, morena, delgada, de piel pálida, y con los ojos… amarillos. Este singular rasgo, no era más que la carta de presentación de su auténtica condición: Era una cambiante.
Comenzó de niña, tenía ocho años cuando adoptaba la forma de sus amigas para que nunca la descubrieran jugando al escondite. Al llegar a la pubertad, fue aun más divertido si cabe. Copiaba a sus hermanos y hermanas para confundir a sus padres. A sus compañeras de clase para reírse de los profesores. Y al llegar a los veinte años, comenzó a copiar a todas las chicas guapas que veía en los pubs y discotecas, para ser siempre la más hermosa, y ligar con los chicos más guapos. Utilizó su don para divertirse y pasárselo bien, hasta que un día comenzó a ver rechazo en la mirada de sus vecinos, un gesto de reproche que ella notaba que devendría en el rechazo más absoluto. Se fue de casa, cambió de barrió, acabó sus estudios y empezó a trabajar. Una nueva vida en la que sus metamorfosis dejaron de existir. Las lentillas de colores, le vinieron muy bien, un tono marrón oscuro era el habitual. Las pocas veces que la pillaron a lentilla quitada, se escabullía rápidamente alegando que tenía algún tipo de albinismo, o un problema de pigmentación en el iris. Quería ser aceptada y sentirse normal. Y un día, reflexionando a cerca de su don, un don que nunca utilizó para hacer el bien ni ayudar a nadie, recibió una llamada de Dolores.
Fueron amigas de pequeñas, cuando eran tan solo unas niñas. Dolores se mudó a los 12 años tras morir su padre, y aparecer en sus vidas el novio de su madre. Un hombre pérfido de alma oscura, que engatusó a la madre de Dolores y les dio mala vida a ambas. Los años pasaron y aquellas dos buenas amigas fueron poco a poco perdiendo el contacto, hasta que Dolores, hundida en la desesperación, llamó a Pura en busca de ayuda.
Pura descolgó su móvil y al otro lado de la conexión estaba Dolores, Dolo. Con la voz entrecortada hipaba cosas que solo alguien muy íntimo podría entender. Entre incesantes balbuceos pudo comprender: -No le soporto. Es como el novio de mi madre. Me voy esta misma noche. Nunca más volverá a tocarme.
Pura consiguió sacarle la dirección y le dijo que iba para allá. Al subir a su coche se miró como de costumbre al espejito del asiento del conductor, (coche unisex), y vio sus ojos amarillos devolviéndole la mirada. A la porra, se dijo, y giró la llave del contacto. Al llegar, vio la puerta de la casa abierta. Pura entró con decisión gritando el nombre de su amiga y arañando puertas y paredes a medida que avanzaba por la casa. Llegó hasta la cocina donde yacía su amiga con un cuchillo clavado en el pecho, y la cara desfigurada por los golpes. Había llegado tarde, demasiado tarde. Ni su don ni su amor por ella le sirvieron para ayudarla. La mirada de Pura fluctuaba por la habitación de un lado a otro pasando siempre por encima del cuerpo de Dolores. Una furia, un impulso animal de querer hacer algo nacía dentro de Pura. Notaba como su pecho ardía, poco después, todas sus entrañas. Era el comienzo de la transformación. Al ver el cadáver de Dolores una vez más, pensó que sería demasiado arriesgado, así que salió de allí buscando un marco, una imagen de su amiga, algo a lo que poder aferrarse. Llegó al comedor y allí vio una foto de boda, su amiga Dolores deliciosamente vestida de blanco y abrazando a un hombre de sonrisa forzada. Agarró aquella foto con las dos manos ensangrentadas, miró fijamente, con rabia. Y realizó su transformación, la primera en años. Clavó la rodilla en el suelo, había cambiado con demasiada brusquedad, y entonces oyó un chirriar de ruedas de coche. Salió de la casa a toda prisa, Toyota negro matrícula 620… Se subió a su vehículo y le siguió hasta las afueras. El coche se detuvo cerca de un barranco, y el conductor, aquel que aparecía en la foto, bajó y se dirigió al borde del precipicio.
Pura se le acercó, llegó hasta él sin hacer ruido. Le miró bien, tenía sangre por todas partes, pero sobretodo le llamó la atención la que tenía en sus nudillos. Abrió la boca, inhaló hondo, y dijo con claridad celestial: -Hola cariño. Su voz había sonado idéntica que la de Dolores. Y entonces él volteó y mirándola con cara de pavor tartamudeó: Do-lo. Sus pies se encaminaron hacia atrás con la misma torpeza, hasta que uno de sus pasos fue ya en el vacío. El terror que sintió le impidió gritar mientras caía.
Final 1:
Pura sacó de su bolsillo la cajita que llevaba siempre encima para las emergencias, con un par de lentillas de repuesto y un espejito. Se miró en él, miró por última vez a su amiga y le dijo: -Adios Dolo. Mientras, él seguía cayendo, y en ese viaje que sin duda se le haría eterno, de seguro tuvo tiempo de pensar, en aquellos ojos amarillos.
Final 2:
Pura y Dolo tienen 8 años. Están jugando al escondite. Esta vez paga Luis. Las dos se han escondido en el mismo sitio y Luis se dirige hacia ellas. Cuando las vea las pillará a las dos, así que Pura le dice a su amiga que se esconda, que tiene una idea. Pura-Dolo aparece ante Luis con sus flamantes ojos amarillos tapados por una diadema púrpura con brillantitos grises. Luis se dirige a mare y le dice (a Dolo) que la ha pillado y se va para seguir buscando a Pura. Pura-Dolo, se dirige también a mare con el paso tranquilo y cuando está a punto de llegar, recupera su aspecto de Pura y llama a Luis. Pura dice:
-Por mí y por todos mis compañeros y por mí primero.
Seguidamente Dolo sale de su escondite y ante la estupefacción de Luis las dos amigas se agarran, al grito de:
-Te he salvado Dolo, te he salvado.
Ambas amigas tararean y danzan, cogidas de sus manitas, alrededor de un eje perpendicular al de sus miradas. Donde los ojos amarillos de Pura, miran fijamente a los de Dolores, marrón oscuro.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ha tardado pero la tardanza mereció la pena. El texto es denso por la cantidad de información o de imágenes que describes, pero está genial. El final nº 2 es mucho más poético y me gusta más, aunque el 1º es más justo.Siempre pensé que los maltratadores debería invertir la secuencia violencia-suicidio.Sería mejor para todos...

Dr.Magenta dijo...

un saludo a mis amigos tertulianos desde san carles de la rapita, el salitre se ha hecho fuerte en mi piel, soy el hombre-almeja, ha nacido un nuevo superheroe,,,