miércoles, 12 de octubre de 2011

Instrucciones generales para perseguir los sueños propios.


Independientemente de la clase de fantasía a pretender, entendiendo por esto que lo soñado forma parte de la galaxia en la cual habitamos y que imposible como imposible no hay nada, deberemos observar en primer lugar los lugares y las distintas formas de soñar.
El sueño a perseguir de cualquier mortal alcanza en ocasiones cotas tan elevadas, que el sujeto se transforma en un visionario carente de cualquier apego a la realidad, se manifiesta en cualquier momento de nuestra diaria actividad, igual entre las sábanas bien arropado, que viajando en el metro, incluso paseando por la calles de una desconocida ciudad , o atrapado entre las dulces y heladas calorías de un banana Split en la terraza de un café releyendo un viejo libro de poesía de Salinas, realizando tareas domésticas, esperando el autobús, descansando bajo la benevolente sombra de una araucaria frente al inhóspito océano.
Las muecas de placer se sucederán a estados de ánimo grisáceo-melancólico; elevaciones sincopadas de la mirada, e inmediata pérdida de la misma en el falso horizonte, suspiros entrecortados, flojedad en las extremidades inferiores. La ausencia espiritual en estos momentos es patente, habiéndose dado casos donde incluso se han transgredido las más elementales leyes de la física y ese “no estar” ha llegado a ser así mismo material, gozando de invisibilidad momentánea ó incluso de falsa levitación. Estos diferentes estados de ensoñación, cual alegorías Calderonianas son el espejo de la transmutación interna del soñador empeñado en su objetivo.
Para perseguir un proyecto, un ideal, una aspiración, un deseo, una ambición, una utopía, ó una fantasía, debe desearlo con todas las fuerzas del alma, proyéctelo sobre el infinito espacio y sitúese en el mismo plano, cuando encuentre dificultades o barreras que lo aparten del verdadero camino, entonces tómese un respiro y rememore aquellos otros anhelos que sí pudo apresar, debe luchar, despedazar la omnipresente realidad presta como siempre a mostrarse en los momentos más inoportunos, no se desanime, no ceda ante la adversidad, persevere trabajando continuamente en la misma dirección hasta lograr alcanzarlo.
Utilice todos los medios a su alcance, trabaje con tenaz denuedo, luche hasta la extenuación, escarbe en su casi siempre inaccesible interior, horade sin escrúpulos la moral ajena pero con sumo cuidado de no dañarla, huya de las metas virtuales que lo apartan de su verdadero objetivo, construya escalones de humanidad y entonces hóyelos con la certeza de seguir el camino correcto, decore de amor las entretelas de su destino, pero haga lo que haga, que sea con pasión y entrega total.
Una vez conseguido lo deseado, el llanto de la felicidad obtenida, la perplejidad, la satisfacción, no deben impedirle regresar de inmediato a su más profundo yo, para rescatar un nueva meta a la que someter de nuevo su vida, comenzando a perseguirla y releyendo si es el caso estas instrucciones desde el principio.
Duración media estimada en lograr un sueño: el mismo tiempo que tememos no atraparlo.
Se sabe de sueños rotos por la premura y el desánimo, se sabe de otros desgastados ó modificados por el paso metódico e intransigente de las saetas del reloj, se sabe de muchos anhelos que acompañan hasta la última despedida, pero todos ellos sin duda, alimentaron con fuerza el motor de la existencia de quienes los persiguieron.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Bravo! Bravísimo! Reciba usted mi aplauso. Que agradable es leer a gente optimista-realista, Aurora estaría orgullosa.

Estoy dijo...

Felix ¿este escrito de quién es?,no reconozco tu letra.
...y los sueños sueños son...