-El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
-Lo ves Pepe, todo lo que escribo está muerto, sin vida, no tiene fuerza ni sentimiento alguno.
Pepe, que fumaba en la oriental pipa de Felipe, daba lentas bocanadas; y lentos pensamientos, en un mundo interior, de opiáceos exógenos. Mientras, escuchaba a ralentí a su abatido amigo y colega.
-Hombre Felipe, yo creo que la poesía es buena…
-¡Calla! No me vengas tú también con falsas adulaciones. Ya tengo bastante con mi abnegada esposa. Menos mal que tenemos esta maravillosa pipa, que nos abrirá la mente a un mundo sin dolor.
Ambos tertulianos siguieron fumando la pipa de la “paz”, mientras hacían reflexiones trasnochadas y revolucionarias, sobre la realidad de su país, y su Valencia de los años 20. Como la conversación les llevaba por derroteros de frustración, Pepe, no sin un enorme esfuerzo para su adormecida mente, propuso a Felipe ir a su casa a mostrarle su nueva adquisición.
Llegaron a una casa señorial, con jardín, y nada más entrar, Pepe llevó a su invitado al sótano. El lugar estaba bien iluminado y contaba además con un cuarto donde Pepe revelaba sus fotos. Afición, que había convertido en pasión.
-Está allí. –Le indicó.
Y Felipe encaminó sus pasos, hacía un artefacto de moderno acabado. Era un proyector Pathe Baby. Pepe, colocó una silla más junto al sillón que ya había, y le dijo a Felipe:
-Ponte cómodo, mi anarquista amigo.
El proyector comenzó a emitir unas silenciosas imágenes, de mujeres vigorosas, en comprometidas posturas, y escasa vestimenta.
-¿Cómo has dicho que se llama el proyector Pepe?
-Pathe Baby, es francés.
A lo que Felipe contestó, intentando que no se le callera la pipa:
-Menos mal, que existen los franceses.
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
-Lo ves Pepe, todo lo que escribo está muerto, sin vida, no tiene fuerza ni sentimiento alguno.
Pepe, que fumaba en la oriental pipa de Felipe, daba lentas bocanadas; y lentos pensamientos, en un mundo interior, de opiáceos exógenos. Mientras, escuchaba a ralentí a su abatido amigo y colega.
-Hombre Felipe, yo creo que la poesía es buena…
-¡Calla! No me vengas tú también con falsas adulaciones. Ya tengo bastante con mi abnegada esposa. Menos mal que tenemos esta maravillosa pipa, que nos abrirá la mente a un mundo sin dolor.
Ambos tertulianos siguieron fumando la pipa de la “paz”, mientras hacían reflexiones trasnochadas y revolucionarias, sobre la realidad de su país, y su Valencia de los años 20. Como la conversación les llevaba por derroteros de frustración, Pepe, no sin un enorme esfuerzo para su adormecida mente, propuso a Felipe ir a su casa a mostrarle su nueva adquisición.
Llegaron a una casa señorial, con jardín, y nada más entrar, Pepe llevó a su invitado al sótano. El lugar estaba bien iluminado y contaba además con un cuarto donde Pepe revelaba sus fotos. Afición, que había convertido en pasión.
-Está allí. –Le indicó.
Y Felipe encaminó sus pasos, hacía un artefacto de moderno acabado. Era un proyector Pathe Baby. Pepe, colocó una silla más junto al sillón que ya había, y le dijo a Felipe:
-Ponte cómodo, mi anarquista amigo.
El proyector comenzó a emitir unas silenciosas imágenes, de mujeres vigorosas, en comprometidas posturas, y escasa vestimenta.
-¿Cómo has dicho que se llama el proyector Pepe?
-Pathe Baby, es francés.
A lo que Felipe contestó, intentando que no se le callera la pipa:
-Menos mal, que existen los franceses.
5 comentarios:
me parecen interesantes los diálogos pero me pierdo un poco con Pepe y Felipe, igual es de los escritos que necesitan varias lecturas...
Como que te pierdes MO? eso pasa por faltar tanto a clase, que ya te hemos puesto dos faltas, claro y luego suspendemos los examenes...
Ya te comente pablo que me gustaba mucho, como a partir de los pocos datos que aportamos de los personajes, has construido un pequeño relato en el que priman los personajes sobre la historia a contar, que al fin y al cabo es de lo que se trataba...
Es un esbozo de un buen relato, gracias por configurar aunque con muchas sombras el personaje que me toca, me gusta lo de Menos mal que existen los franceses ah y la poética introducción
vuelto a leer, entendido, el caso es que me estaba perdiendo pensando en los verdaderos Pepe y Felipe.¡no se puede faltar a clase!
Un escrito estupendo perni
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