- Doctor, no se como agradecérselo, dijo Jonás con la voz entrecortada mientras intentaba incorporarse en la cama.
- Es mi trabajo, contestó el cirujano, al tiempo que infiltraba el contenido de una jeringuilla en el gotero del enfermo, adquiriendo este un intenso tono azulado.
- Doctor, le debo la vida, contestó Jonás con los ojos vidriosos.
- Si, y ahora esta me pertenece, contestó el doctor con una ligera sonrisa, impasible a la cruel agonía del joven.
1 comentario:
Vaya muy... apropiado jajaja.
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